Cincuenta años después del Yom Kippur y en plenas celebraciones del Sucot la vida de los israelíes cambió el pasado sábado de forma abrupta cuando a las seis y media de la mañana sufrieron un ataque por sorpresa de Hamás. Se trató de una acción combinada de más de 2000 cohetes y terroristas sobre el terreno.
En La Sabana hablamos con tres israelíes que vieron cómo sus vidas cambiaron de forma abrupta. Loren Guetta tiene 28 años, es profesora de inglés y nos atiende desde un refugio en Bat Yam. Busca noticias de su amiga Noy Aviv, de la que no sabe nada desde que fue al festival Nova, donde se han recuperado más de 260 cadáveres. Recuerda la canción de Adele que versionaron juntas al piano en 2019 y no deja de oírla resignificando este verso: "Don't Forget me". Romina es argentina, madre de dos adolescentes. Esperan en el refugio de Ryison Letzion, cerca del aeropuerto: "Los muertos de aquí serán unas diez o quince veces superiores a los que hubo en el 11-S". Torne, de origen uruguayo, vive en Tel Aviv: "Entraron en las casas y robaron los teléfonos de las víctimas. Lo grabaron. Les asesinaron online".
Entrevistamos a Roni Kaplan, portavoz de las Fuerzas de Defensa para la prensa internacional hispanohablante: "La declaración de guerra implica dos objetivos centrales: neutralizar las capacidades bélicas de Hamás y que al final de esta guerra Hamás ya no sea soberano en la Franja de Gaza". Guillermo Ortiz, colaborador de EL ESPAÑOL, analiza la posición en la que queda Estados Unidos tras este ataque de Hamás y como quedará el tablero internacional.