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Un recorrido a través del libro de Lucas con el Dr. Robert Simmons.
Confraternidad Chía - Seguidores de Jesús
Confraternidad Chía - Seguidores de Jesús
Confraternidad Chía
13 LUG 2021 · Muy temprano el domingo en la mañana, las mujeres fueron al sepulcro. Llevaban las especias aromáticas que habían preparado. 2 Encontraron que había sido quitada la piedra que tapaba la entrada del sepulcro. 3 Entraron, pero no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. 4 Las mujeres no entendían lo que estaba pasando, cuando de repente dos hombres vestidos con ropa muy brillante se aparecieron de pie, junto a ellas. 5 Las mujeres tenían mucho miedo y se postraron rostro en tierra. Los hombres les dijeron:
—¿Por qué están buscando entre los muertos al que está vivo? 6 Jesús no está aquí. Ha resucitado. ¿No recuerdan lo que les dijo en Galilea? 7 Les dijo que el Hijo del hombre debía ser entregado en manos de pecadores, ser crucificado y resucitar al tercer día.
8 Entonces las mujeres recordaron las palabras de Jesús. 9 Se fueron del sepulcro y les contaron todo a los once apóstoles y a los otros seguidores. 10 Estas mujeres eran María Magdalena, Juana, María la mamá de Santiago, y otras más. Cuando les contaron a los apóstoles lo que había pasado, 11 no les creyeron porque les pareció que era un disparate. 12 Sin embargo, Pedro se levantó y corrió hacia el sepulcro. Se agachó para ver adentro, pero sólo vio la tela con la que habían envuelto el cuerpo. Luego se fue preguntándose qué había pasado.[a]
En el camino hacia Emaús
(Mr 16:12-13)
13 Ese mismo día, dos de los seguidores de Jesús iban hacia un pueblo llamado Emaús que queda a unos once kilómetros[b] de Jerusalén. 14 Iban hablando de todo lo que había pasado. 15 Mientras discutían, Jesús mismo se acercó y empezó a caminar con ellos, 16 pero no les fue permitido reconocer a Jesús. 17 Entonces Jesús les dijo:
—¿De qué tanto hablan por el camino?
Los hombres se detuvieron muy tristes. 18 El que se llamaba Cleofás respondió:
—¿Eres tú el único peregrino en Jerusalén que no se ha enterado de lo que ha pasado en ella en estos días?
19 Jesús les dijo:
—¿Qué quieren decir?
Ellos le respondieron:
—Nos referimos a todo lo que sucedió con Jesús de Nazaret, quien por sus hechos y palabras demostró ante Dios y la gente que era un profeta poderoso. 20 Y cómo los jefes de los sacerdotes y nuestros líderes lo entregaron para que lo sentenciaran a muerte y lo crucificaran. 21 Teníamos la esperanza de que él fuera el que iba a liberar a Israel. Sin embargo, además de todo eso, este ya es el tercer día desde que sucedió todo esto, 22 y algunas mujeres de nuestro grupo nos contaron algo asombroso. Esta mañana muy temprano fueron al sepulcro, 23 pero no encontraron el cuerpo. Vinieron y nos dijeron que habían visto ángeles en una visión. Los ángeles les dijeron que Jesús estaba vivo. 24 Entonces algunos de los que estaban con nosotros fueron a ver el sepulcro y lo encontraron tal y como las mujeres habían dicho, pero no vieron a Jesús.
25 Entonces Jesús les dijo:
—¡No sean tan tontos! ¿Por qué les cuesta tanto creer todo lo que dijeron los profetas? 26 ¿Acaso no dijeron que el Mesías tendría que sufrir todo eso antes de dar comienzo a su período de gloria?
27 Entonces Jesús les explicó todo lo que había sido escrito sobre él en las Escrituras, empezando con los libros de Moisés y todos los profetas. 28 Al acercarse al pueblo al que iban, Jesús hizo como que iba a seguir de largo. 29 Pero ellos le rogaron con insistencia:
—Quédate con nosotros, porque ya está atardeciendo. Ya casi es de noche.
Entonces Jesús entró y se quedó con ellos. 30 Cuando estaba a la mesa con ellos, tomó el pan, dio gracias a Dios, lo partió y se lo dio a ellos. 31 En ese preciso instante les fue permitido reconocerlo, pero él desapareció. 32 Los dos hombres se dijeron entre sí:
—¡Con razón sentíamos que el corazón nos ardía de emoción cuando nos venía hablando y explicando las Escrituras en el camino!
33 Entonces se pusieron de pie de inmediato y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los once apóstoles y a los que estaban con ellos, 34 y dijeron:
—¡En verdad el Señor ha resucitado! Se le ha aparecido a Simón.
35 Entonces los dos hombres les contaron a los demás lo que había pasado en el camino y cómo habían reconocido a Jesús cuando estaba partiendo el pan.
Jesús se aparece a sus seguidores
(Mt 28:16-20; Mr 16:14-18; Jn 20:19-23; Hch 1:6-8)
36 Mientras los seguidores estaban hablando de todo esto, Jesús se les apareció, y les dijo:
—Que la paz esté con ustedes.
37 Entonces ellos se asustaron y aterrorizaron pensando que estaban viendo a un fantasma, 38 pero Jesús les dijo:
—¿Por qué están tan asustados? ¿Por qué dudan de lo que ven? 39 Miren mis pies y mis manos. ¡Soy yo! Tóquenme y vean que mi cuerpo está con vida. Los fantasmas no tienen cuerpo.
40 Diciendo esto, les mostró los huecos de sus manos y pies. 41 Los seguidores seguían tan asombrados y felices que no podían creerlo. Jesús les preguntó:
—¿Tienen comida aquí?
42 Le dieron un pedazo de pescado asado. 43 Jesús tomó el pescado y lo comió delante de ellos. 44 Luego les dijo:
—Esto es lo que les había anunciado cuando todavía estaba con ustedes: que todo lo que está escrito sobre mí en la ley de Moisés, los libros de los profetas y en los Salmos tiene que cumplirse.
45 Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras,[c] 46 y les dijo:
—Está escrito que el Mesías tenía que morir y resucitar al tercer día, 47 y que en su nombre se anunciará a todas las naciones que cambien y se vuelvan a Dios para el perdón de los pecados. Empiecen desde Jerusalén 48 pues ustedes son testigos de todo esto. 49 Ahora les enviaré lo que mi Padre les ha prometido, pero quédense en Jerusalén hasta que reciban poder del cielo.
Jesús vuelve a los cielos
(Mr 16:19-20; Hch 1:9-11)
50 Después Jesús llevó a sus seguidores fuera de Jerusalén, casi hasta Betania y, levantando las manos, los bendijo. 51 Mientras los estaba bendiciendo, se separó de ellos y fue llevado al cielo. 52 Entonces los seguidores lo adoraron y luego regresaron muy felices a Jerusalén; 53 y estaban en el área del templo alabando continuamente a Dios.
Lucas 24:36-53 PDT
7 LUG 2021 · Jesús es sepultado
(Mt. 27.57-61; Mr. 15.42-47; Jn. 19.38-42)
50 Había un varón llamado José, de Arimatea, ciudad de Judea, el cual era miembro del concilio, varón bueno y justo.
51 Este, que también esperaba el reino de Dios, y no había consentido en el acuerdo ni en los hechos de ellos,
52 fue a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús.
53 Y quitándolo, lo envolvió en una sábana, y lo puso en un sepulcro abierto en una peña, en el cual aún no se había puesto a nadie.
54 Era día de la preparación, y estaba para comenzar el día de reposo.[a]
55 Y las mujeres que habían venido con él desde Galilea, siguieron también, y vieron el sepulcro, y cómo fue puesto su cuerpo.
56 Y vueltas, prepararon especias aromáticas y ungüentos; y descansaron el día de reposo,[b] conforme al mandamiento.
24 El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas.
2 Y hallaron removida la piedra del sepulcro;
3 y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
4 Aconteció que estando ellas perplejas por esto, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes;
5 y como tuvieron temor, y bajaron el rostro a tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?
6 No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea,
7 diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día.
8 Entonces ellas se acordaron de sus palabras,
9 y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas a los once, y a todos los demás.
10 Eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles.
11 Mas a ellos les parecían locura las palabras de ellas, y no las creían.
12 Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro, vio los lienzos solos, y se fue a casa maravillándose de lo que había sucedido.
En el camino a Emaús
(Mr. 16.12-13)
13 Y he aquí, dos de ellos iban el mismo día a una aldea llamada Emaús, que estaba a sesenta estadios de Jerusalén.
14 E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido.
15 Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos.
16 Mas los ojos de ellos estaban velados, para que no le conociesen.
17 Y les dijo: ¿Qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes?
18 Respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le dijo: ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no has sabido las cosas que en ella han acontecido en estos días?
19 Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo;
20 y cómo le entregaron los principales sacerdotes y nuestros gobernantes a sentencia de muerte, y le crucificaron.
21 Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido.
22 Aunque también nos han asombrado unas mujeres de entre nosotros, las que antes del día fueron al sepulcro;
23 y como no hallaron su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, quienes dijeron que él vive.
24 Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y hallaron así como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron.
25 Entonces él les dijo: !!Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!
26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?
27 Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.
28 Llegaron a la aldea adonde iban, y él hizo como que iba más lejos.
29 Mas ellos le obligaron a quedarse, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró, pues, a quedarse con ellos.
30 Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio.
31 Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista.
32 Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?
33 Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos,
34 que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón.
35 Entonces ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo le habían reconocido al partir el pan.
Lucas 23:50-24:35 RVR
30 GIU 2021 · Crucifixión de Jesús
26 Cuando los soldados se llevaban a Jesús, agarraron a un tal Simón, de la ciudad de Cirene, que venía del campo, lo obligaron a cargar la cruz y a llevarla detrás de Jesús. 27 Mucha gente seguía a Jesús, incluso algunas mujeres, las cuales lloraban y se lamentaban por él. 28 Jesús se dio vuelta y les dijo:
—Mujeres de Jerusalén, no lloren por mí. Más bien lloren por ustedes y por sus hijos. 29 Está llegando la hora terrible en que la gente dirá: "Afortunadas las mujeres que no pueden tener hijos, que nunca los han tenido ni han amamantado". 30 Entonces dirán a las montañas: "¡Caigan sobre nosotros!", y a los cerros les dirán: "¡Cúbrannos!"[a] 31 Si le hacen esto al árbol vivo, ¿qué no le harán al seco?[b]
32 También llevaron a dos criminales para que los ejecutaran junto con Jesús. 33 Llegaron al lugar llamado «La Calavera», donde los soldados crucificaron a Jesús y también a los criminales, uno a su derecha y otro a su izquierda.
34 Jesús decía: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen».[c]
Los soldados rifaron entre ellos la ropa de Jesús. 35 La gente estaba allí mirando, y los líderes se burlaban de él, diciendo:
—Si él es el elegido de Dios, el Mesías, entonces que se salve a sí mismo. Salvó a otros, ¿no?
36 Los soldados vinieron y también se burlaron de él. Le ofrecieron vinagre 37 y dijeron:
—Si eres el rey de los judíos, ¡sálvate a ti mismo!
38 En la parte de arriba de la cruz estaba escrito: «Este es el Rey de los judíos». 39 Uno de los criminales también empezó a insultarlo:
—¿No eres el Mesías? ¡Entonces sálvate a ti mismo y a nosotros también!
40 Pero el otro criminal lo reprendió y le dijo:
—¿Es que no tienes temor de Dios? ¿Acaso no estás bajo la misma sentencia? 41 Tú y yo merecemos morir por lo que hicimos, pero este hombre no ha hecho nada malo.
42 Luego le dijo:
—Jesús, acuérdate de mí cuando comiences a reinar.
43 Entonces Jesús le dijo:
—Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso.
Muerte de Jesús
(Mt 27:45-56; Mr 15:33-41; Jn 19:28-30)
44 Era alrededor del mediodía, y toda la tierra quedó sumida en oscuridad hasta las tres de la tarde. 45 El sol dejó de brillar y la cortina del templo se rompió en dos. 46 Y dando un fuerte grito Jesús dijo:
—¡Padre, te entrego mi espíritu![d]
Después de decir esto, murió. 47 Cuando el capitán vio lo que había pasado, alabó a Dios diciendo:
—Este hombre sí era inocente.
48 Mucha gente había salido de la ciudad para ver esto. Cuando vieron lo que había pasado, se fueron abrumados de dolor. 49 Los amigos de Jesús también estaban allí, incluso las mujeres que lo habían seguido desde Galilea. Todos ellos presenciaban de lejos lo que pasaba.
PDT
22 GIU 2021 · Se burlan de Jesús
(Mt 26:67-68; Mr 14:65)
63 Los hombres que estaban vigilando a Jesús se burlaban de él y lo azotaban. 64 Le vendaron los ojos, y le decían:
—¡Demuéstranos que eres profeta, dinos quién te pegó!
65 Y le gritaban muchos otros insultos.
Jesús ante el Consejo
(Mt 26:59-66; Mr 14:55-64; Jn 18:19-24)
66 Cuando amaneció, los ancianos líderes del pueblo, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley vinieron todos juntos. Llevaron a Jesús ante el Consejo, 67 y le preguntaron:
—Si eres el Mesías, dínoslo.
Jesús les dijo:
—Si les digo que soy el Mesías, ustedes no me creerán. 68 Y si les pregunto, no me responderán. 69 Pero desde este momento el Hijo del hombre se sentará a la derecha de Dios Todopoderoso.
70 Todos dijeron:
—¿Entonces tú eres el Hijo de Dios?
Jesús les dijo:
—Sí yo soy. No lo niego, ustedes mismos lo dicen.
71 Entonces dijeron:
—¿Para qué necesitamos más testigos? ¡Lo hemos escuchado de su propia boca!
23 Entonces todo el grupo se levantó y llevaron a Jesús ante Pilato. 2 Empezaron a acusar a Jesús, diciendo:
—Arrestamos a este hombre porque está inquietando a nuestro pueblo. Él dice que no se deben pagar impuestos al emperador y que él es el Mesías, un rey.
3 Pilato le preguntó a Jesús:
—¿Eres el rey de los judíos?
Y él le respondió:
—Tú lo has dicho.
4 Entonces Pilato les dijo a los jefes de los sacerdotes y a la gente:
—No encuentro ningún delito en este hombre.
5 Pero ellos insistían:
—Alborota al pueblo con sus enseñanzas por toda Judea. Comenzó en Galilea y ha llegado hasta aquí.
Pilato envía a Jesús a ver a Herodes
6 Cuando Pilato escuchó esto, preguntó si era de Galilea. 7 Al enterarse de que Jesús estaba bajo la autoridad de Herodes, se lo mandó a él, pues en esos días Herodes también estaba en Jerusalén.
8 Cuando Herodes vio a Jesús, se puso muy contento porque había oído mucho de él y quería conocerlo desde hacía mucho tiempo. Esperaba verlo hacer algún milagro. 9 Herodes le hizo muchas preguntas, pero Jesús no le respondió ninguna. 10 Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley estaban allí, acusándolo con insistencia. 11 Herodes y sus soldados lo trataban con desprecio. Burlándose de él, le pusieron ropa lujosa y lo enviaron de nuevo a Pilato. 12 Antes Herodes y Pilato habían sido enemigos, pero desde ese día se hicieron amigos.
Jesús condenado a muerte
(Mt 27:15-26; Mr 15:6-15; Jn 18:39-19:16)
13 Pilato llamó a los jefes de los sacerdotes, a los líderes y al pueblo, 14 y les dijo:
—Ustedes me trajeron a este hombre de quien dicen estaba inquietando al pueblo, pero lo juzgué delante de todos ustedes y no lo encontré culpable de ninguno de los delitos de que lo acusan. 15 Ni tampoco Herodes porque nos lo envió de vuelta. Miren, no ha hecho nada que merezca la muerte. 16 Entonces, después de azotarlo un poco, lo dejaré ir. 17 [a]
18 Pero todos ellos gritaron a una voz:
—¡Mátenlo! ¡Dejen libre a Barrabás!
19 Barrabás estaba en la cárcel por haber empezado una revuelta en la ciudad y por asesinato. 20 Pilato quería dejar en libertad a Jesús, así que les dijo otra vez que lo iba a dejar ir. 21 Pero ellos siguieron gritando:
—¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!
22 Por tercera vez Pilato le dijo a la gente:
—¿Por qué? ¿Qué ha hecho de malo este hombre? Él no es culpable. No encuentro ninguna razón para matarlo; por eso lo soltaré después de azotarlo.
23 Pero ellos seguían gritando. Todos exigían que lo crucificaran. Tanto gritaron que 24 Pilato decidió hacer lo que pedían. 25 Pilato dejó libre a Barrabás, el hombre que había sido puesto en la cárcel por rebelión y asesinato, y les entregó a Jesús para que hicieran con él lo que quisieran.
15 GIU 2021 · Se anuncia la negación de Pedro
(Mt 26:31-35; Mr 14:27-31; Jn 13:36-38)
31 »¡Simón[a], Simón! Mira que Satanás ha pedido sacudirlos a ustedes como un campesino sacude la paja de los granos de trigo. 32 Pero he orado para que no pierdas tu fe. Cuando vuelvas a mí, ayuda a tus hermanos a ser más fuertes».
33 Pero Simón dijo:
—Señor, estoy listo para ir contigo a la cárcel. ¡Hasta estoy dispuesto a morir por ti!
34 Pero Jesús dijo:
—Pedro, antes de que el gallo cante esta noche, me negarás tres veces.
Estén listos
35 Entonces Jesús les dijo a los seguidores:
—Cuando los envié sin dinero ni provisiones ni sandalias, ¿les hizo falta algo?
Ellos dijeron:
—No, nada.
36 Jesús les dijo:
—Pero ahora, si tienen provisiones o dinero, llévenlos con ustedes. Si no tienen espada, vendan su manto y compren una. 37 Pues les digo que esta Escritura debe cumplirse en mí: "La gente lo consideraba un criminal".[b] Esta Escritura debe cumplirse en mí. Fue escrita sobre mí y está sucediendo ahora.
38 Los seguidores dijeron:
—Mira Señor, aquí hay dos espadas.
Jesús les dijo:
—¡Basta ya!
Jesús ora solo
(Mt 26:36-46; Mr 14:32-42)
39 Como de costumbre, Jesús salió de la ciudad al monte de los Olivos, y sus seguidores fueron con él. 40 Al llegar ahí, les dijo:
—Oren para que no caigan en tentación.
41 Entonces Jesús se alejó un poco de ellos, se arrodilló y oró: 42 «Padre, líbrame de esta copa, pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya». 43 Entonces apareció un ángel del cielo que fue enviado para darle fuerzas. 44 Él estaba sufriendo mucho y oraba con fervor. El sudor era como gotas de sangre que caían al suelo.[c] 45 Cuando Jesús terminó de orar, fue a donde estaban sus seguidores. Se quedaron dormidos vencidos de tristeza. 46 Jesús les dijo:
—¿Por qué están durmiendo? ¡Levántense y oren para que no caigan en tentación!
Arresto de Jesús
(Mt 26:47-56; Mr 14:43-50; Jn 18:3-11)
47 Mientras Jesús estaba hablando, llegó allí mucha gente. Los guiaba uno de los doce apóstoles, llamado Judas. Él se acercó a Jesús para saludarlo con un beso.
48 Pero Jesús le dijo:
—Judas, ¿Con un beso traicionas al Hijo del hombre?
49 Cuando los seguidores vieron lo que estaba pasando, le dijeron a Jesús:
—Señor, ¿atacamos con espada?
50 Uno de ellos le pegó al siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. 51 Pero Jesús dijo:
—¡Déjenlos!
Entonces Jesús le tocó la oreja al siervo y lo sanó. 52 Luego, Jesús les dijo a los jefes de los sacerdotes, a los jefes de la guardia del templo y a los ancianos líderes, que habían venido a arrestarlo:
—¿Es que yo soy un bandido para que ustedes vengan con espadas y garrotes? 53 Yo he estado con ustedes todos los días en el área del templo y no me arrestaron. Pero esta es su hora, la hora en que reina la oscuridad.
La negación de Pedro
(Mt 26:57-58, 69-75; Mr 14:53-54, 66-72; Jn 18:12-18, 25-27)
54 Arrestaron a Jesús y lo llevaron a casa del sumo sacerdote. Pedro los siguió a cierta distancia. 55 Encendieron un fuego en medio del patio y se sentaron alrededor. Pedro se sentó con ellos. 56 Una sierva vio a Pedro sentado allí. Lo pudo ver por la luz del fuego, lo miró muy de cerca y dijo:
—Este hombre también estaba con él.
57 Pero Pedro lo negó:
—Mujer, yo no lo conozco.
58 Un poco más tarde alguien vio a Pedro y dijo:
—Tú también eres de ellos.
Pero Pedro dijo:
—¡No, hombre, no lo soy!
59 Pasó casi una hora y otro insistió:
—Es verdad, este hombre estaba con él, es de Galilea.
60 Pero Pedro dijo:
—¡Hombre, no sé de qué estás hablando!
En ese momento, mientras Pedro todavía estaba hablando, cantó el gallo. 61 Entonces el Señor se dio vuelta y miró a Pedro a la cara. Pedro recordó lo que el Señor le había dicho: «Antes de que el gallo cante esta noche, me negarás tres veces». 62 Entonces Pedro salió de allí y lloró amargamente.
PDT
9 GIU 2021 · 22 Se acercaba ya la fiesta de los Panes sin Levadura, conocida como la Pascua. 2 Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley estaban buscando cómo matar a Jesús porque le tenían miedo al pueblo.
Judas traiciona a Jesús
(Mt 26:14-16; Mr 14:10-11)
3 Entonces Satanás entró en Judas Iscariote, uno de los doce apóstoles. 4 Judas fue y habló con los jefes de los sacerdotes y los capitanes de la guardia del templo sobre cómo podía entregarles a Jesús. 5 Ellos se alegraron y le prometieron dinero a cambio. 6 Judas se comprometió y entonces empezó a buscar la oportunidad en que no hubiera gente cerca para poder entregarlo.
Preparación de la cena de la Pascua
(Mt 26:17-25; Mr 14:12-21; Jn 13:21-30)
7 Llegó el día de la fiesta de los Panes sin Levadura, cuando se sacrificaba al cordero para la Pascua. 8 Jesús envió a Pedro y a Juan, diciéndoles:
—Vayan y preparen la cena de la Pascua para que podamos cenar.
9 Ellos le dijeron a Jesús:
—¿En dónde quieres que la preparemos?
10 Él les dijo:
—Cuando entren a la ciudad, encontrarán a un hombre llevando un cántaro de agua. Síganlo a la casa donde entre 11 y díganle al dueño: "El Maestro pregunta: ¿Dónde está el cuarto donde voy a comer la Pascua con mis seguidores?" 12 Entonces el dueño les mostrará un cuarto grande en el piso de arriba, ya arreglado. Preparen la cena allí.
13 Entonces Pedro y Juan se fueron para allá y encontraron todo tal como Jesús les había dicho y prepararon la cena de la Pascua.
La Cena del Señor
(Mt 26:26-30; Mr 14:22-26; 1 Co 11:23-25)
14 Cuando llegó la hora de la cena, Jesús y los apóstoles estaban a la mesa. 15 Jesús les dijo:
—Tenía muchas ganas de celebrar esta cena de Pascua con ustedes, antes de padecer. 16 Pues yo les digo que no volveré a celebrar otra cena de Pascua, hasta que se le dé el verdadero significado en el reino de Dios.
17 Entonces Jesús tomó una copa, dio gracias a Dios y dijo:
—Tomen esta copa y compártanla todos. 18 Les digo que no volveré a beber vino hasta que el reino de Dios esté aquí.
19 Entonces Jesús tomó pan, dio gracias a Dios, lo partió, se lo dio a los apóstoles y dijo:
—Este pan es mi cuerpo que doy por ustedes. Cómanlo como recordatorio.
20 De la misma manera, después de la cena tomó la copa y dijo:
—Esta copa es mi sangre que es derramada por ustedes y establece el nuevo pacto.[a] 21 Pero escuchen, uno de ustedes se volverá en contra mía. Su mano está al lado de la mía en la mesa. 22 Es cierto que el Hijo del hombre cumplirá lo que Dios planeó, pero ¡pobre de aquel que lo traiciona!
23 Entonces se empezaron a preguntar entre ellos: «¿Quién de nosotros haría eso?»
Sean como un siervo
24 Más tarde, los apóstoles empezaron a discutir acerca de quién era el más importante entre ellos. 25 Pero Jesús les dijo: «Los reyes de las naciones ejercen dominio sobre su pueblo y los hombres que tienen mucha autoridad sobre otros hacen que los llamen "grandes benefactores del pueblo", 26 pero ustedes no sean como ellos. El mayor debe hacerse como el menor, y el que manda debe hacerse como el que sirve. 27 ¿Quién es más importante: el que está a la mesa comiendo o el que le está sirviendo? Ustedes piensan que el que está a la mesa es el más importante, pero yo soy como un siervo entre ustedes.
28 »Ustedes son los que han estado conmigo durante todos mis tiempos difíciles. 29 Mi padre me dio un reino y yo les doy también la autoridad para reinar conmigo, 30 para que ustedes coman y beban a la mesa en ese reino, y se sienten en tronos a juzgar a las doce tribus de Israel.
PDT Lucas 22:1-30
2 GIU 2021 · esús levantó la mirada y vio a los ricos poniendo sus ofrendas en la caja del dinero del templo. 2 También vio a una viuda muy pobre que estaba dando dos pequeñas monedas de cobre como ofrenda. 3 Entonces Jesús dijo:
—En verdad les digo que esta pobre viuda dio más que todos los demás. 4 Porque todos ellos dieron de lo que les sobraba, pero ella, a pesar de su pobreza, entregó todo lo que tenía para vivir.
Jesús anuncia la destrucción del templo
(Mt 24:1-2; Mr 13:1-2)
5 Algunos de los seguidores estaban hablando de lo hermoso que era el templo. La construcción era de piedras de excelente calidad y estaba adornada con materiales donados por la gente. 6 Pero Jesús dijo:
—Llegará la hora en que todo lo que ven aquí será destruido. No quedará piedra sobre piedra, todo se vendrá abajo.
Señales antes del fin
(Mt 24:3-28; Mr 13:3-23)
7 Los seguidores le preguntaron a Jesús:
—Maestro, ¿cuándo va a suceder esto? ¿Cuál será la señal para saber que está a punto de ocurrir?
8 Jesús dijo:
—¡Tengan cuidado! No permitan que nadie los engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre y dirán: "Yo soy el Mesías"[a] y "Ha llegado la hora", pero no los sigan. 9 No tengan miedo cuando oigan sobre guerras y rebeliones. Todo eso tiene que pasar primero, pero el fin no vendrá inmediatamente.
10 También les dijo: «Peleará nación contra nación y reino contra reino. 11 Habrá grandes terremotos, y en algunos lugares habrá épocas de hambre y epidemias. Pasarán cosas horribles y vendrán grandes señales del cielo.
12 »Pero antes de que pase todo eso, la gente los tomará a ustedes como prisioneros y los perseguirá. Los entregarán a las sinagogas para ser juzgados y los meterán a la cárcel. Serán obligados a presentarse ante reyes y gobernadores por estar de mi parte. 13 Pero esto les dará oportunidad de dar testimonio de mí. 14 Despreocúpense de antemano por lo que van a decir para defenderse, 15 porque yo les daré palabras de sabiduría a las que ninguno de sus enemigos podrá oponerse ni contradecir. 16 Hasta sus padres, hermanos, familiares y amigos estarán en su contra y matarán a algunos de ustedes. 17 A ustedes, todos los van a odiar por estar de mi parte, 18 pero no se perderá ni un solo cabello de su cabeza. 19 Manténganse firmes a pesar de todo eso y se salvarán.
La destrucción de Jerusalén
(Mt 24:15-21; Mr 13:14-19)
20 »Cuando ustedes vean ejércitos alrededor de Jerusalén, entonces sabrán que pronto será destruida. 21 En ese tiempo, los que estén en Judea que huyan hacia las montañas. Los que estén en Jerusalén salgan rápidamente y los que estén en el campo no entren a la ciudad. 22 Estos son los días en que Dios traerá castigo para cumplir todo lo que está escrito. 23 Ese tiempo será terrible para las mujeres que estén esperando bebé o que estén amamantando. Será un tiempo de desastres en la tierra. Dios mostrará su ira contra este pueblo. 24 Unos morirán a espada y a otros los harán prisioneros y se los llevarán a todas las naciones. Gente extranjera aplastará la ciudad de Jerusalén hasta que se cumpla su tiempo.
La venida del Hijo del hombre
(Mt 24:29-35; Mr 13:24-27)
25 »Pasarán cosas fuera de lo común con el sol, la luna y las estrellas, que servirán como señales. En la tierra la gente estará confusa y afligida por el fuerte rugido del mar. 26 La gente tendrá tanto miedo que se desmayará por lo que pasa en el mundo, pues aun los astros temblarán. 27 Entonces verán al Hijo del hombre que vendrá en una nube con poder y gran gloria. 28 Cuando todo esto comience a suceder, enderécense y levanten la cabeza, porque ya saben que está muy cerca la hora en que Dios los liberará».
El ejemplo de la higuera
(Mt 24:32-35; Mr 13:28-31)
29 Entonces les contó una historia: «Fíjense en la higuera y en todo árbol. 30 Cuando brotan las hojas, saben que se acerca el verano. 31 Así también, cuando vean suceder esto, sabrán que el reino de Dios está cerca.
32 »Les digo la verdad: todo esto sucederá antes de que muera esta generación. 33 El cielo y la tierra no durarán para siempre, pero mis palabras sí.
Estén siempre listos
34 »Tengan cuidado. No pasen el tiempo tomando y emborrachándose. No se dejen arrastrar por las preocupaciones de la vida, o no podrán pensar claramente. De repente llegará el fin y los agarrará por sorpresa. 35 Caerá como una trampa sobre todos los habitantes de la faz de la tierra. 36 Por eso, siempre deben estar alerta. Pidan fuerza para poder resistir cuando se enfrenten a todo esto que ocurrirá y así poder presentarse ante el Hijo del hombre aprobados».
37 Durante el día, Jesús enseñaba en el área del templo. Luego se iba de la ciudad y pasaba la noche en el monte de los Olivos. 38 Toda la gente se levantaba temprano e iba al área del templo a escucharlo.
LUCAS 21 PDT
26 MAG 2021 · 19 Los maestros de la ley y los jefes de los sacerdotes comprendieron que la historia se refería a ellos y por eso lo querían arrestar, pero tenían miedo de lo que les pudiera hacer el pueblo.
El pago de impuestos
(Mt 22:15-22; Mr 12:13-17)
20 Observaban a Jesús todo el tiempo y enviaron a escucharlo a unos espías que fingían tener buenas intenciones. Querían usar en su contra algo que él dijera y así poder entregarlo al poder y autoridad del gobernador. 21 Entonces los espías le preguntaron a Jesús:
—Maestro, sabemos que tú hablas y enseñas sólo lo correcto, que para ti todos son iguales y que enseñas con sinceridad el camino de Dios. 22 Entonces, ¿está bien que paguemos impuestos al emperador o no?
23 Jesús sabía que le querían poner una trampa. Entonces les dijo:
24 —Muéstrenme una moneda de plata. ¿De quién es la imagen que está en la moneda y el nombre que está escrito en ella?
Ellos dijeron:
—Del emperador.
25 Así que Jesús les dijo.
—Entonces den al emperador lo que es del emperador y a Dios lo que es de Dios.
26 Los hombres se asombraron de su respuesta y se quedaron sin palabras. No pudieron usar en su contra nada de lo que dijo delante de la gente.
La pregunta sobre la resurrección
(Mt 22:23-33; Mr 12:18-27)
27 Después, unos saduceos, los que dicen que no hay resurrección, se acercaron a Jesús y le preguntaron:
28 —Maestro, Moisés nos escribió que si un hombre casado moría sin haber tenido hijos, su hermano debía casarse con la viuda. De esa manera los hijos que tuvieran serían considerados hijos del hermano fallecido.[a] 29 Una vez hubo siete hermanos. El primero se casó, pero más tarde murió sin dejar hijos. 30 Entonces el segundo hermano se casó con la viuda y también murió. 31 Luego el tercer hermano se casó con la viuda, pero también murió. Lo mismo pasó con todos los demás hermanos. Todos murieron sin haber tenido hijos. 32 Tiempo después, la mujer también murió. 33 Todos los siete hermanos se habían casado con ella. El día en que la gente resucite, ¿de quién será esposa la viuda?
34 Jesús les dijo:
—En esta vida la gente se casa y se da en matrimonio. 35 Algunos serán considerados dignos de ser resucitados de la muerte y participar en la vida venidera, pero entonces no se casarán ni serán dados en matrimonio. 36 En esa vida, la gente será como ángeles y no morirá. Ellos serán hijos de Dios porque habrán sido resucitados. 37 Pero que la gente es resucitada de la muerte lo demostró Moisés mismo en la historia sobre el arbusto[b] ardiente, pues ahí él llama al Señor "El Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob".[c] 38 Él no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para Dios todos están vivos.
39 Algunos de los maestros de la ley dijeron:
—Maestro, ¡qué buena respuesta!
40 Nadie más se atrevió a hacerle otra pregunta.
¿De quién es hijo el Mesías?
(Mt 22:41-46; Mr 12:35-37)
41 Entonces Jesús les preguntó:
—¿Por qué dicen que el Mesías es el Hijo de David? 42 En el libro de los Salmos, el mismo David dice:
"El Señor Dios le dijo a mi Señor:
Siéntate a mi derecha,
43 hasta que ponga a tus enemigos
bajo tu poder[d]".[e]
44 Entonces si David llama al Mesías "Señor", ¿cómo puede él ser su hijo?
Advertencia a los maestros de la ley
(Mt 23:1-36; Mr 12:38-40; Lc 11:37-54)
45 Mientras toda la gente escuchaba a Jesús, él les dijo a sus seguidores: 46 «Tengan cuidado de los maestros de la ley. A ellos les gusta pasearse vistiendo ropa que muestre su autoridad y les encanta que la gente los salude con respeto en las plazas de mercado. También les gusta mucho sentarse en los lugares de honor de las sinagogas y tener los mejores lugares en los banquetes. 47 Ellos se roban los bienes de las viudas y para disimularlo hacen largas oraciones. Por eso Dios los castigará con más severidad».
17 MAG 2021 · La autoridad de Jesús
(Mt. 21.23-27; Mr. 11.27-33)
20 Sucedió un día, que enseñando Jesús al pueblo en el templo, y anunciando el evangelio, llegaron los principales sacerdotes y los escribas, con los ancianos,
2 y le hablaron diciendo: Dinos: ¿con qué autoridad haces estas cosas? ¿o quién es el que te ha dado esta autoridad?
3 Respondiendo Jesús, les dijo: Os haré yo también una pregunta; respondedme:
4 El bautismo de Juan, ¿era del cielo, o de los hombres?
5 Entonces ellos discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis?
6 Y si decimos, de los hombres, todo el pueblo nos apedreará; porque están persuadidos de que Juan era profeta.
7 Y respondieron que no sabían de dónde fuese.
8 Entonces Jesús les dijo: Yo tampoco os diré con qué autoridad hago estas cosas.
Los labradores malvados
(Mt. 21.33-44; Mr. 12.1-11)
9 Comenzó luego a decir al pueblo esta parábola: Un hombre plantó una viña, la arrendó a labradores, y se ausentó por mucho tiempo.
10 Y a su tiempo envió un siervo a los labradores, para que le diesen del fruto de la viña; pero los labradores le golpearon, y le enviaron con las manos vacías.
11 Volvió a enviar otro siervo; mas ellos a éste también, golpeado y afrentado, le enviaron con las manos vacías.
12 Volvió a enviar un tercer siervo; mas ellos también a éste echaron fuera, herido.
13 Entonces el señor de la viña dijo: ¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizá cuando le vean a él, le tendrán respeto.
14 Mas los labradores, al verle, discutían entre sí, diciendo: Este es el heredero; venid, matémosle, para que la heredad sea nuestra.
15 Y le echaron fuera de la viña, y le mataron. ¿Qué, pues, les hará el señor de la viña?
16 Vendrá y destruirá a estos labradores, y dará su viña a otros. Cuando ellos oyeron esto, dijeron: !!Dios nos libre!
17 Pero él, mirándolos, dijo: ¿Qué, pues, es lo que está escrito:
La piedra que desecharon los edificadores
Ha venido a ser cabeza del ángulo? m
18 Todo el que cayere sobre aquella piedra, será quebrantado; mas sobre quien ella cayere, le desmenuzará.
RVR
11 MAG 2021 · 28 Dicho esto, iba delante subiendo a Jerusalén.
29 Y aconteció que llegando cerca de Betfagé y de Betania, al monte que se llama de los Olivos, envió dos de sus discípulos,
30 diciendo: Id a la aldea de enfrente, y al entrar en ella hallaréis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado jamás; desatadlo, y traedlo.
31 Y si alguien os preguntare: ¿Por qué lo desatáis? le responderéis así: Porque el Señor lo necesita.
32 Fueron los que habían sido enviados, y hallaron como les dijo.
33 Y cuando desataban el pollino, sus dueños les dijeron: ¿Por qué desatáis el pollino?
34 Ellos dijeron: Porque el Señor lo necesita.
35 Y lo trajeron a Jesús; y habiendo echado sus mantos sobre el pollino, subieron a Jesús encima.
36 Y a su paso tendían sus mantos por el camino.
37 Cuando llegaban ya cerca de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzó a alabar a Dios a grandes voces por todas las maravillas que habían visto,
38 diciendo: !!Bendito el rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas!
39 Entonces algunos de los fariseos de entre la multitud le dijeron: Maestro, reprende a tus discípulos.
40 Él, respondiendo, les dijo: Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían.
41 Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella,
42 diciendo: !!Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos.
43 Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán,
44 y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación.
Purificación del templo
(Mt. 21.12-17; Mr. 11.15-19; Jn. 2.13-22)
45 Y entrando en el templo, comenzó a echar fuera a todos los que vendían y compraban en él,
46 diciéndoles: Escrito está: Mi casa es casa de oración; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
47 Y enseñaba cada día en el templo; pero los principales sacerdotes, los escribas y los principales del pueblo procuraban matarle.
48 Y no hallaban nada que pudieran hacerle, porque todo el pueblo estaba suspenso oyéndole.
RVR196 LUCAS 19:28-48
Un recorrido a través del libro de Lucas con el Dr. Robert Simmons.
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