La admisión de la responsabilidad penal de las personas jurídicas, marca un nuevo rumbo al rol del abogado. Su nueva ocupación estará ligada a defender empresas. Su papel central estará dentro del conocimiento y manejo de la industria del Compliance. Atrás queda el viejo ejercicio de la abogacía de buscar a toda costa que su cliente sea absuelto, sea exonerado de culpabilidad.  Asistimos a una era de responsabilidad que es una noción moderna de ética. Es el momento del Compliance. La ética como norte marca el nuevo destino del abogado. El nuevo rol, o si se quiere el posabogado es corporativo, lo que lleva insertado el manejo digital de nuevo cuño. El mundo es otro.