En el campo de la cerámica, la aplicación de engobes, granillas, cristales y esmaltes sigue realizándose en gran medida con sistemas airless mediante cabinas de pulverización.

Estas últimas están equipadas con pistolas pulverizadoras que terminan en boquillas especiales necesarias para producir adecuadamente el chorro de gotas que se dirigirá hacia la superficie cerámica sin cocer.

A veces puede ocurrir que durante la aplicación estas boquillas se obstruyan, circunstancia que a menudo obliga a los fabricantes a ralentizar el ciclo de producción, cuando no a suspenderlo.

Este problema, que tiene un impacto significativo en la productividad industrial, puede tener su origen en distintos factores como la puesta a punto de la máquina, el tamaño de la granilla o la baja humectabilidad de la misma, o incluso la presencia de fenómenos de sedimentación localizada.

En detalle, ¿cuáles son los mecanismos que pueden conducir al problema y qué necesitamos saber para introducir las acciones preventivas o correctivas adecuadas?