Hace unos días frente a los Generales activos de las Fuerzas Militares el presidente, Gustavo Petro dijo qué a él no le gustaba el nombre de Paz Total para una de sus políticas estrella y, fiel a su estilo, culpó a los medios de habérselo inventado.

Quienes intentan interpretar los mensajes presidenciales lo leyeron como una especie de alarma de que algo malo estaba pasando. Y tenían razón.

Desde que empezó su implementación, la Paz Total ha ido de escándalo en escándalo y de fracaso en fracaso.

¿Se trata de una cadena de errores y fallas de comunicación entre personas sin la pericia suficiente para negociar o se trata de una estrategia muy bien diseñada para causar un efecto en la población que justifique decisiones como la convocatoria de una constituyente?

En esta conversación el análisis de lo que está pasando con el catedrático y experto en seguridad nacional y negociación Jairo Libreros.