LA MEJOR RENUNCIA

Renunciar a veces es la mejor decisión, sobre todo si alguien quiere hacer correcciones en su vida. Renunciar significa abandonar costumbres y actitudes, especialmente el resignado conformismo con que alguna gente se hunde en la pobreza, un fenómeno social que se hereda pensando que es una maldición.

Abel Quiñónez analiza aquí la vieja expresión que dice “somos pobres, así nacimos” y te reta para que dejes de enredarte en ese ritmo mal llamado “normal” que te amarra a una rutina que en realidad es “una lenta agonía, limosnera y piojosa”.

Renuncia a la pobreza en vez de renunciar a tus proyectos. Una vez que hagas efectiva esa renuncia, con verdaderas agallas descubrirás y alcanzarás propósitos mucho más grandes.