La cinta dirigida por Bárbara Ochoa Castañeda de enfoca en el sentido de culpa de Bruno. Un chico de 18 años que reprime cualquier deseo sexual tras la muerte de su hermano, quien falleció hace dos años. La cinta se enfoca en como debe aceptar este sentimiento y seguir adelante o quedarse encerrado en el pasado como su madre lo ha hecho.

Mientras que la historia y el desarrollo de la historia es muy competente, la cinta inicia y hace uso de recursos estilísticos un tanto cuestionables. Inicia con un manejo de cámara más propio de la televisión y diálogos de melodrama mientras toda la cinta usa un formato cuadrado (4x3) para la imagen. Mientras que algunos podrán decir que es para transmitir una sensación de opresión, en realidad está de más ya que no aporta nada a la narrativa, que poco a poco encuentra su ritmo. Desafortunadamente al final cae en las redundancias e insiste en mostrarnos explícitamente algo que plantea y muy bien como diez minutos antes la misma historia.