Interesante seguimiento que hace la directora Lissette Orozco al caso de su tía Adriana Rivas, a quien incluso veneraba... hasta que se dió cuenta que en su juventud trabajó para la DINA, especie de policía secreta de Augusto Pinochet.

Dentro de la desmitificación personal y las confrontaciones familiares en donde hay negación de acciones e investigación de causas, el documental ayuda a mostrar aspectos incluso perturbadores en la comunidad chilena. La historia no es ni tan simple como nos gustaría creer ni hay buenos ni malos absolutos.

La caída de Allende y el gobierno de Pînochet son los eventos más significativos para Chile en el siglo pasado. Sin embargo hay facciones que siguen fieles al gobierno perdido, como se ve en una reunión en donde hay gritos a favor de Francisco Franco y Pinochet, cosas que parecerían terribles, especialmente para quienes perdieron familia durante la dictadura. Sin embargo es una realidad latente y presente, como los fantasmas del pasado que persiguen a la Adriana de la película.

Mi única queja viene con el manejo de preguntas y el tratar de forzar respuestas de algunos entrevistados. Una cosa es encauzar una narrativa y otra forzar una idea que se busca. El mismo Everardo González hace preguntas en audio en su documental de La Libertad del Diablo, sin embargo no se sienten intrusivas como en los últimos dos documentales chilenos que he visto, El Pacto de Adriana y Allende, mi Abuelo Allende.

O quizás, ya estoy chocheando.