La Organización Internacional del Trabajo (OIT) reportó en diciembre pasado que el 23% de los trabajadores de todo el mundo han sufrido violencia y acoso laboral de algún tipo. En el caso de las mujeres más del 8 por ciento ha padecido hostigamiento sexual. Según la encuesta de la OIT y Gallup, a nivel mundial, el 17.9% de las mujeres y hombres asalariados respondieron que habían sido víctimas de violencia y acoso psicológicos durante su vida laboral, el 8.5% ha enfrentado violencia y acoso físicos, los hombres principalmente. El 6.3% ha sufrido de violencia y acoso sexuales, siendo las mujeres las más expuestas. Más de tres de cada cinco víctimas informaron que habían experimentado violencia y acoso en el trabajo múltiples veces y, para la mayoría, el más reciente episodio había tenido lugar durante los últimos cinco años. A nivel regional, América mostró la mayor incidencia de violencia psicológica y acoso (29.3%), seguidas de África (20.2%). Los canales de comunicación más utilizados por las víctimas, de acuerdo con la encuesta, fueron: amigos o familiares (84.9%), seguido por los compañeros de trabajo (un 70.4%). Por el contrario, los empleados fueron mucho menos propensos a recurrir a instituciones como la policía, líderes comunitarios o inspectores de trabajo (16%), sindicatos o representantes sindicales (14.8%) o servicios sociales u organizaciones sin ánimo de lucro (9:2%). Dentro de las razones por las que no se denunciaron estos actos lascivos, se encuentran: pérdida de tiempo el 55%, el 43% consideró que los procedimientos en el trabajo no eran claros, el 42.5 no lo hizo por falta de confianza en la policía o en los inspectores de trabajo, el 38.3 no sabía que hacer, y el 33% temían ser castigado. Para la OIT el Convenio sobre la violencia y el acoso, y la Recomendación sobre la violencia y el acoso de la OIT, son las primeras normas internacionales que proporcionan un marco común para prevenir, reparar y eliminar la violencia y el acoso en el mundo del trabajo. Actualmente enfrentamos los retos del acoso en virtual, en línea, en dónde nuestros sistemas de cumplimiento serán puestos a prueba. Por ello, estamos siendo claros en los procedimientos que se deben seguir para que las víctimas sientan la confianza de denunciar? ¿Realizamos nuestra gestión de riesgo conforme a la normativa?, y finalmente un tema básico para el buen funcionamiento del sistema, ¿hay un proceso para la sanción y reparación del daño?
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