Las Navidades son unas celebraciones marcadas por la tradición. Y a punto de recibir la visita de los Reyes Magos, una de las costumbres más dulces en España es la del roscón. Se trata de un bollo elaborado con una masa dulce, adornado, por desgracia, con fruta escarchada, y que puede estar relleno o no. Lo más habitual era la nata o la crema, pero en la actualidad pueden verse rellenos de todo tipo, como trufa, cabello de ángel o chocolate.
Es un dulce navideño característico de la cultura española, aunque también se sirve en otros países como Francia, Bélgica, Portugal, y sobre todo en Latinoamérica, aunque con algunos matices. La masa con la que suele estar elaborado se aromatiza con agua de azahar, que le proporciona un olor y sabor característico.
Aunque no está claro del todo, el origen del roscón parece relacionado con las saturnales romanas. Eran fiestas dedicadas al dios Saturno, para celebrar los días más largos que empezaban a venir tras el solsticio de invierno. Para estos festejos elaboraban tortas redondas con higos, dátiles y miel, que se repartían por igual entre plebeyos y esclavos. En el siglo III se introduce dentro del dulce un haba seca, y el afortunado se convertía en rey de reyes durante un corto periodo de tiempo.
En España contamos con dos testimonios del siglo XII, sobre el Roscón de Reyes o el Rey de la Faba, recogidos en la obra El Carnaval, de Julio Caro Baroja. Es muy probable que esta tradición con diversos nombres en Navarra, Andalucía, Valencia, Cataluña... tenga un origen común, y no existen documentos que atestigüen la prevalencia de alguna. Pero la popularidad del roscón de Reyes en el conjunto de España es relativamente reciente.
A pesar de llevar tantos siglos con la tradición a cuestas, aún tenemos problemas para elegir un buen roscón. La masa es históricamente fermentada, esponjosa, pesada y relativamente seca. Pero con la evolución de los gustos de los consumidores, hoy podemos encontrar algunas más ligeras, del tipo de un bollo suizo.
Además, es importante que el roscón debe hacerse con mantequilla, que es lo más habitual en las panaderías y pastelerías clásicas. Pero cuando vamos al supermercado, ahí aparecen alternativas como el aceite de girasol, o incluso otros aceites.
Después está el tema de la decoración. El roscón lleva por encima almendra cruda, que se tuesta en el horneado; la maldita fruta escarchada, tradicionalmente guindas y naranja; y azúcar.
¿Pero, cómo elegir el mejor roscón? Para ayudar a los consumidores en su selección, la OCU ha elaborado una guía comparativa entre los productos de los principales supermercados. Para ello ha contado con la colaboración de un grupo de expertos pasteleros, que ha estudiado parámetros como el sabor, el aroma, el etiquetado y, por supuesto, el precio. Porque como tantos otros productos alimentarios, el roscón también es víctima del alza de precios de los últimos meses: elaborarlo cuesta hasta un 50% más.
La OCU ha analizado nueve roscones de diferentes cadenas de supermercados: Ahorramás, Alcampo, Aldi, Carrefour, Dia, El Corte Inglés, Eroski, Lidl y Mercadona, como recoge Europa Press.. Y ha destacado, por encima de todos, el de El Corte Inglés, con un precio de 17 euros el kilo, por sus buenos resutados de cata, su buena calidad general y por estar bien decorado, con guindas y naranjas, sin estridentes colores, y con almendras y azúcar en su justa medida.
De esta forma, el ranking de roscones con nata de supermercado está liderado por el de El Corte Inglés, seguido por Alcampo, Eroski y Lidl.
Para los que prioricen el ahorro, la OCU ha destacado la calidad del roscón de Lidl, de 7,99 euros el kilo. Se trata del precio más bajo de los analizados, con una calidad aceptable y buena decoración con fruta variada.
En el análisis, la OCU ha señalado que el aspecto más destacable este año en estos roscones de Reyes es el empleo habitual de auténtica nata en el relleno, salvo en el roscón de Mercadona.
No obstante, OCU sigue detectando una presencia excesiva de aditivos. Aunque su número se ha reducido de 15 a 11, de media, es habitual encontrar colorantes (sobre todo en la fruta escarchada), conservantes, emulsionantes y agentes de textura, a menudo añadidos con el fin de aguantar la congelación y posterior descongelación a la que hayan sido sometidos. Un tratamiento que explicaría el por qué la almendra esté en muchos casos blanda en vez de crujiente.
Respecto a la prueba de degustación, los pasteleros han apuntado que ninguno de los bollos se asemeja al tradicional roscón, siendo más un brioche ligero, inundado, en algunos casos, de aromas demasiado intensos y poco agradables. Los mejores, los que presentan aromas ligeros a cítricos, pero, sobre todo, los que se elaboran con mantequilla. Y es que es en esta prueba de cata donde suelen detectarse las principales diferencias.