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La psicología consciente ha llegado para ayudarte a entender tu cuerpo como parte de un todo mucho mayor, para que puedas abrazar tu interior y conectar con tu verdadero ser....
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La psicología consciente ha llegado para ayudarte a entender tu cuerpo como parte de un todo mucho mayor, para que puedas abrazar tu interior y conectar con tu verdadero ser. Ese es el punto de partida de la auténtica libertad y autorrealización vital.
Soy Marian Ponte Psicóloga-Sexóloga y llevo más de 20 años ayudando a las personas a través de la psicoterapia y la psicología consciente.
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Soy Marian Ponte Psicóloga-Sexóloga y llevo más de 20 años ayudando a las personas a través de la psicoterapia y la psicología consciente.
9 NOV 2021 · ¿Eres esclavo de tus excusas o el observador que se supera?
La disonancia cognitiva es un fenómeno psicológico que se abre camino en el año 1957, de la mano de Leon Festinger, un psicólogo estadounidense. Denominó disonancia cognitiva a lo que nos sucede cuando mantenemos simultáneamente creencias contradictorias o cuando éstas no están en armonía con lo que hacemos. Esta situación nos produce incomodidad y tensión en nuestro sistema de creencias. Si tenemos dos pensamientos en contradicción, o lo que hacemos está en contradicción con lo que pensamos, eso genera malestar. La tensión interna se puede dar entre sistemas de ideas, creencias, emociones o actitudes que afectan a las personas cuando entran en conflicto con la creencia o la conducta que no encaja con otra creencia. Necesitamos coherencia cognitiva para no vivir conflicto interior. Un ejemplo de lo mencionado podría ser: me enfado de que se enfaden y después yo pierdo el control con otros; me quejo de que critican o me critican y después yo no veo que enjuicio constantemente a otros. Cuando amamos y creamos una imagen de esa persona y al ver el engaño que contrasta con tu idealización, te auto engañas para seguir ajustando los sucesos a tu convencimiento. Reafirmamos nuestras creencias con lo que nos reafirma. Interpretamos a nuestro favor.
A veces, sentirnos en pertenencia puede generar renunciar a tus convicciones, aunque entre en contradicción con tus deseos o necesidades. Hay personas que, si temen ser juzgados o fallar, se dañan o buscan excusas para que no sucede su temor. Puedes llegar, por ejemplo, a estudiar algo que no te gusta y lo sostienes diciéndote a ti mismo ideas para sostener el malestar. Tener una dependencia y justificar a esa persona viendo lo positivo e ignorar que maltrata. El cerebro defiende la alternativa escogida y deshecha otras no escogidas. Tenemos razones que justifican las opciones que escogemos y nos dificulta el cambio debido a la racionalización. Incluso podemos perjudicarnos para no tener que hacer cambios o esfuerzos.
En nuestra vida hay muchas situaciones que nos chocan con nuestras creencias provocando estrés o ansiedad. Si tenemos dos ideas contrarias, generamos un tercer pensamiento para generar sensación de calma. El equipo de Festinguer investigó con los alumnos generar disonancia cognitiva a través de darles tareas aburridas. Una parte de ellos, tenia que mentir a otro supuesto alumno, que era un actor, diciéndoles que era divertido. Muchos se sugestionaron a decir que era divertido. Si cambiamos la conducta que provoca el malestar y lo ajustamos a nuestro pensar se reduce el malestar. Si no sabemos, nos auto-engañamos para no sentirnos mal con nuestra contradicción. Podemos manipular nuestras ideas, excusarnos o ignorar datos para ignorar el malestar. Podemos darnos argumentos absurdos para sentirnos bien.
En la vida cotidiana tenemos contradicciones entre lo que creemos y lo que nos sucede o hacemos si ha tocado nuestras creencias o valores. Justificamos constantemente las acciones, nos quejamos, ponemos la culpa fuera o justificamos lo que nos sucede para ajustar lo que nos afecta. Entonces, ¿Cómo hacemos para no perdernos en nuestras disonancias y dañarnos? ¿Cómo ganamos congruencia interna? ¿Qué hay debajo de esa incomodidad?
Consejos:
Dar coherencia entre lo que piensas y haces. Alinéate con tus creencias autenticas para saber que es lo que es importante.
Aprende a observarte y detecta si hay incoherencias, no lo justifiques. Mira las contradicciones y busca cómo ajustarlo sin engaño.
Aprende a ser honesto sin autocrítica y muéstrate a otros. Date el proceso y no mires la vida como si fuera un error.
Aprende de tus contradicciones porque te ayuda a superarte y no estancarte.
Si ves mucha ideología, patrones familiares impuestos u otras ideologías sociales, busca que no sea la identidad grupal y el miedo a la no pertenencia lo que te aleja de ti porque no coincide con lo que piensas, nece
9 NOV 2021 · El concepto indefensión aprendida nace a partir de unos experimentos con perros que realizó Martin Seligman en 1967
En su estudio el primer perro podía evitar las descargas eléctricas y el segundo no podía anteceder y evitar la descarga aleatoria. El perro se quedaba indefenso, aunque después la situación cambiase o pudiese dar otra respuesta para evitar la descarga.
Hemos visto que con las personas también actúan como seres impotentes y perciben su vida sin control, aunque pueda cambiar la situación. Se pierde la capacidad de reacción. Si en un largo periodo de tiempo la víctima tiene situaciones abusivas se forma una ruta neuronal dónde la persona ya no busca soluciones a poder huir o escapar de lo que considera inevitable. Está convencida que las consecuencias pueden ser aún peores si algo intentas hacer. Hemos visto, por ejemplo, elefantes que son domados desde niños que intentan romper las cadenas y no pueden, aunque crezcan ya no intentan escaparse a pesar de que pongan una cuerda que puede romper.
Los psicólogos en Yale vieron que el fracaso escolar tenía mucho factor de experimentar dificultades en manejar y gestionar el mundo emocional. Vieron que algunos estudiantes tenían patrones de conducta, o creencias, generaban sabotaje personal. Se vio el origen y la respuesta desadaptativa ante los estímulos que fueron desadaptativos y la reinterpretación que se generó. Cambiar “no valgo”, por ejemplo, por “puedo darme los ingredientes para mejorar y aprender de mis errores”. Pasar del locus de control externo a locus de control interno. Eres el protagonista de tu vida, quien decide, observa lo desadaptativo y cambia su visión de vida. Ser consciente y ver tu progreso con optimismo te facilita romper las ataduras creadas que simbolizan el elefante. Tus cadenas mentales pueden ser rotas y salir de la prisión psicológica.
Desde niños frases como: “no puedes” … “siempre te equivocas”, etc. Una educación de comparación, competición y tus experiencias, patrones familiares, creencias y experiencias pueden estancar nuestras vidas. Nuestra historia familiar, de pareja, traumas y experiencias de vida nos hace grabar en nuestras redes neuronales la sensación de impotencia y “no escapatoria”. Cuando reiteradamente tenemos situaciones de castigo y no sirve lo que haces, se pierde la esperanza y uno se abandona a su suerte. Dejamos de reaccionar ante el dolor porque no pudimos obtener resultados. Entramos en una pasividad y desamparo y las oportunidades dejan de verse. Si en la niñez o en una relación te has ido sintiendo atrapado/a por abuso, maltrato, manipulación, violencia y se generan muchas situaciones con dicho desgaste, se genera por dicha tensión, estrés o estrés postraumático, así nuestra visión se nubla. Se internaliza que no hay nada que pueda hacerse y nos victimizamos. Se pierde la sensación de control y vivimos en un daño silencioso por sobrecarga de nuestro mundo psicológico. Aparecen síntomas como: tristeza, apatía, dolor, abandono, desesperanza y bloqueo.
Si hemos padecido abusos, negligencia, abandono, maltrato, peleas, broncas ya desde nuestra infancia se pierde la comprensión y el saber afrontar situaciones adversas. Puede llevar a que después las personas tengan relaciones más abusadoras en edades adultas y les cueste manejar los sentimientos encontrados: inadecuación, culpa, vergüenza, autocrítica, baja autoestima, ansiedad, etc. La persona vive con autosaboteo y desesperanza que forma parte del trauma interpersonal complejo que se ha generado en sus relaciones. En este momento a nivel social debido al miedo y a la presión social, pierden su identidad y pierden discernimiento y capacidad de buscar bienestar colectivo por la resignación y desinterés.
¿Cuáles son los síntomas?
-Cognitivos: estados depresivos porque la visión del mundo es negativa. Las creencias son de desesperanza e imposibilidad.
-Emocional: sensación de desesperanza e imposibilidad de cambio.
-Conducta: no aprender de los er
9 NOV 2021 · El término locus de control viene de la Teoría del aprendizaje Social, de Rotter
En 1966 desarrolló un test escala para que las personas viesen dónde se situaban el manejo del control en sus vidas. Hasta el 1978 con Wallston y DeVellis no se llegó a una mejor compresión del concepto.
El locus de control hace referencia al grado en que las personas sienten que pueden tener el control sobre lo que sucede. Hay dos tipos de locus de control:
Interno: creemos que tenemos el control. Tendemos a nuestras decisiones o capacidades. Es más fácil decidir hacer los cambios y actuar en consecuencia.
Externo: creemos que los demás y las circunstancias manejan nuestras vidas.
Cuando vivimos desde el Locus de Control Interno:
Es más fácil asumir tus responsabilidades ya que te influencia menos lo que los demás piensan o te expresan, te sientes mejor sino te dirigen y te permiten ir a tu antojo y ritmo, te centras en conseguir tus objetivos y buscar la eficacia, puedes ver las dificultades como retos, cuidas más de ti mismo/a, hay más independencia y valoras tus logros.
Cuando vivimos desde el Locus de Control externo:
Es más fácil que culpes a las circunstancias o a los demás de lo que te sucede, puedes creer que tienes suerte y tus atribuciones son externas. No confías en tus esfuerzos, ni en tus capacidades para que se generen los cambios. Te resulta difícil tomar decisiones por la incapacidad de confrontar los retos de tu vida y es más fácil que sientas indefensión aprendida.
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En muchos momentos buscamos la causa dentro o fuera de nosotros. Podemos poner la culpa fuera o dentro. Si todo el tiempo nos sentimos culpables (locus de control interno) o vemos a los demás como causantes (locus de control externo). Esta manera de mirar puede dificultar nuestra manera de vivir. La indefensión aprendida se relaciona directamente con como te posiciones. Si consideras que no hay nada que hacer y te vas a la pasividad, usas el locus de control externo.
Es importante sentir que tenemos el control para poder hacer cambios y saber que hay situaciones que tienes que aceptar. Si sabes que puedes mejorar es más sencillo tener más bienestar. La actitud proactiva da más confianza y nos permite ser más responsables porque sabemos que podemos gestionar nuestra vida. Ser responsable te permite ser co-participe del vivir. La flexibilidad nos ayuda, por ejemplo, si tenemos locus de control interno, cuando has de aceptar que puedes necesitar ayuda o te toca aceptar lo que nos es cambiable. En situaciones de abuso si buscas que el otro cambie y no aceptas, o intentas que tus parejas o hijos reaccionen, puede llevar a que te estanques si no aceptas lo que hay. La parte positiva es que te permite ser más líder y sentirte en concordancia con tu interior. Te ayuda a tomar responsabilidad y tener tus propias decisiones. Hay otras personas que prefieren dar a otros las riendas para que dirijan porque creen que no pueden cambiar o afectar al mundo.
Hay rasgos de personalidad que desde niño ya hace que se pongan en funcionamiento estas tendencias de locus de control interno/externo. Se puede asumir que ambos dan ventajas y desventajas. Tomar consciencia que hay momentos que nos va bien, pero según las circunstancias nos puede perjudicar. El auto-conocimiento es parte de lo que te ayuda a asumirte.
¿Qué puede hacerse?
Saber dónde estás situado/a para no sentirte mal. Si tienes locus de control interno no dar responsabilidad a otros de algo tuyo si tú sientes que lo puedes pasarlo mal. Busca la compatibilidad.
Si te ves atrapado/a en victimismo o indefensión, cuestionar tus creencias y tratar de afrontarlas puede ser de mucha utilidad.
Si te cuesta confiar y todo lo deseas hacer tú, o no soportas estar enfermo o que los demás cuiden de ti, observa si puedes flexibilizar algún aspecto o aceptar para vivir cada circunstancia de forma adaptativa.
10 NOV 2021 · Idealizamos muchas veces por nuestras carencias según lo vivido
Si nos trataron injustamente, es más fácil que busquemos idealizar todo lo que nos lleva a la creencia de lo que es justo. Exaltamos virtudes y no vemos las imperfecciones de otros que nos dejan en una situación no real que te aleja de la salud. La idealización tiene que ver con una construcción mental de lo que consideramos perfecto o ideal. Por eso, al idealizar ponemos más barrera porque el otro está más alto que nosotros, generando distancia. Nuestra baja autoestima hace que pongamos a otros en un lugar superior. Podemos buscar aprobación en los demás, nos aferramos o creemos que es una persona ideal porque nos falta visión. La plenitud no pasa por otros, sino por buscar internamente y responder de ti. La inocencia, perdón y bondad no se asocian a la manipulación necesariamente sino a la falta de discernimiento, aceptación de la parte cruel o dura de la vida que también existe dentro de este mundo y que sino lo contemplamos nos daña por tener una forma idealizada de mirar. No se trata de centrarnos en lo negativo sino en la aceptación y en la creencia de que hay muchas situaciones posibles y que podemos alcanzar, pero también asumir, lo que nos duele o no podemos manejar. La maduración nos puede llevar toda una vida en función de nuestra construcción del mundo hasta asumir nuestra propia identidad y autonomía.
Desde pequeños nos enseñan a vivir un amor irreal cuando te dicen: “te completas con otro”, “has de renunciar por amor”, etc. Es un choque frontal cuando has de vivir tu propia experiencia y terminas dándote cuenta del engaño compartido. El amor ha de construirse cada día, trabajando en ello. Nada dura toda la vida y no siempre has de perder lo que amas, pero sí amar lo que vives. Dejar las ilusiones eufóricas para no vivir una desilusión constante. Pueden convivir el deseo o la pasión aceptándolo como experiencia humana sin cuestionarse tanto y tomando opciones. La incondicionalidad es no condicionar a ningún ser humano y si te sientes condicionado tomar tus decisiones que te llevan a crecer, aunque eso te lleve a dejar la relación.
Desde el vientre hasta los 7 años la figura del padre y de la madre es muy importante para el niño o la niña. Las familias nos enseñan con sus patrones formas de vida que no siempre son adaptativas para nuestro crecimiento y maduración. Los rasgos de las personas que nos recuerdan a nuestra infancia nos atraen y parte de la elección de las parejas, viene de aquí. Lo que se puede hacer es decidir si esa relación es conveniente, pero no se puede evitar esa atracción o enamoramiento. Si lo sabes, puedes discernir. Si tuviste situaciones de negligencia, abuso, dolor, maltrato en tu historia puedes acabar padeciendo lo mismo en tus relaciones personales, laborales y sociales. Lo importante es ver si ese patrón te lleva a situaciones agradables y de crecimiento, o al contrario, a revivir tu historia y tu dolor.
Todos hemos tenido experiencias dónde alguien saca lo peor de ti, te sientes mal, te enganchas o no sabes qué te sucede. Posiblemente, has tomado una elección con un rasgo no consciente que te ha llevado a que tomes consciencia y te preguntes qué sucede en tu parte inconsciente. Las inconsistencias te enseñan que no estamos en armonía porque no hay coherencia con lo que decimos querer y cómo vivimos. Si nos quedamos atrapados hemos de cuestionar porque nos sentimos mal en nuestras relaciones. Has de ver qué temores y duelos no resueltos están allí afectando.
Las instituciones y empresas a través de la publicidad manipulan para que las personas idealicen productos, personas, cantantes etc. Usan tus creencias de valor para que te acerques a consumir lo que te ofrecen. Es peligroso porque te aleja de ser responsable de ti, de sentirte libre de ser quien eres. Tu valor no se construye por el mundo exterior sino por tu auto-aceptación, respeto y conocimiento interior. Nosotros tenemos la responsabilidad de validarn
24 GEN 2022 · La Presión social En los años 1950, a partir de unos estudios que realizaron Solomon y Asch, pudieron observar que, ante ciertas preguntas, algunos participantes no escogían la opinión correcta por no estar en contra de lo que decía la mayoría. Así fue como comenzaron a estudiar la conformidad frente a la presión social.
24 GEN 2022 · La proyección de la culpa es un término que se utiliza cuando atribuimos a los demás nuestras propias carencias afectando nuestra libertad. Los padres y las madres, a partir de sus consejos y guías, nos enseñan a manejar nuestro mundo interior y a darnos la capacidad de interiorizar la autorregulación emocional para poder tener una base sana. Así se desarrolla lo que se conoce como apego seguro. Al ponernos límites sanos, nos enseñan a poder manejar pequeñas dosis de frustración para poder devenir adultos sanos, capaces de vivir sin manipular a otros. En este sentido primero aprendemos a co-regularnos. Necesitamos a un otro significativo para después poder fluir más en el resto de etapas y poder ser seres maduros y relacionales. A partir de aquí aprendemos a tener herramientas que nos permitirán auto-regularnos con nuestros propios recursos.
A modo de resumen, hay dos aspectos vitales, uno sería la co-regulación, es decir la capacidad de que otras personas nos puedan ayudar a calmarnos ante diferentes situaciones. Esto nos hace sentir bien porque nos recuerda que tenemos un buen sentido del apego. El otro aspecto sería la autorregulación, cuando se tiene la capacidad de, a partir de los propios recursos, calmarse y sentirse bien. Si estas relaciones primarias no se te permitieron de una forma sana y no has podido co-regularte puede ser que después te desconectes de tus emociones y de las sensaciones corporales o que te cueste intimar, ya que, no contarás con esa herramienta sino que tendrás que buscar cómo desarrollarla. Cuando no somos responsables y autónomos porque no hemos podido conectar con nuestros conflictos, ni los hemos podido sanar, porque no sabemos cómo reconocerlos utilizamos mecanismos de defensa. Así volcamos en los demás todo lo que nos abruma o agobia. Responsabilizamos al otro o la otra de nuestro malestar en lugar de ver de dónde viene y para qué está ahí esa situación o ese sentir. Buscas evadir tus responsabilidades colocando en otras personas tus propios defectos, probando que el que está equivocado es el otro y no tú. A partir de nuestras carencias proyectamos lo que queremos ver en las relaciones, aquello que no tenemos y que queremos compensar. Así se llegan a idealizar esos vínculos donde reflejamos todas nuestras creencias. Esto no nos invita a madurar y crecer, sino que nos puede llevar a la dependencia y la co-dependencia. Cuando el otro te abastece y se acopla sin que puedas darte lo que realmente necesitas, pueda dar lugar a diferentes formas de manipulación: sacrificio, victimismo, sufrimiento. Al idealizar es fácil que luego la decepción aparezca cuando te toque asumir la realidad. Puede pasar que niegues y que te mantengas adicta a tu propio sufrimiento por no saber cuestionarte y asumir lo que sucede. Si son personas muy allegadas y nos hacen sentir culpa podemos no darnos cuenta dado que cuesta asumir que la persona que supuestamente te quiere también te daña, y a largo plazo puede llegar a interferir en tu esencia.
Debemos comprender que es importante salir de la adicción al sufrimiento. Hay personas que no soportan la vulnerabilidad del otro, o no saben cómo gestionar el mundo emocional, por eso es más fácil que proyecten o hagan sentir mal a la otra persona.
24 GEN 2022 · La negación es un mecanismo, una respuesta, que se puede desatar ante situaciones difíciles. A veces ante estas situaciones la única forma que encontramos de accionar es primero negándola. Ahora bien, si nuestra actitud es negar las circunstancias constantemente por no poder asumir o gestionar lo que sucede, ahí será muy difícil afrontar nuestros desafíos sin que este mecanismo no nos dañe a corto o largo plazo. La negación nos ayuda a protegernos cuando no podemos aceptar los hechos o la verdad de lo que está sucediendo. Por eso, ante un posible desajuste el primer paso es negarlo. Luego a partir del paso del tiempo podemos ir adaptándonos a esa situación dolorosas o que nos suponen un gran estrés. Es necesario comprender que todo lo que negamos puede quedar en sombra y muchas veces puede hacer que las circunstancias empeoren o nos salgan imprevistos a partir de ello. Todos tenemos situaciones de shock, como podría ser la muerte de un familiar o una noticia impactante. Hay una parte de ti que niega circunstancias porque no le está cuadrando lo que ve sobre lo que quiere creer de la realidad que construyó.
Cuando debemos afrontar emocionalmente situaciones que nos afectan nos damos cuenta que el simple hecho de pensarlo ya lo hace muy doloroso. La información que se nos da ante lo sucedido lo vemos como una amenaza y nos genera desequilibrios como ansiedad o estrés. Eso hace que queramos negarlo en vez que reconocer que aquello está siendo así. Otras veces nos puede amenazar nuestra vulnerabilidad o la sensación de que estamos perdiendo el control de una situación o de nuestra vida: temas de adicción, maltratos, problemas financieros, despidos laborales, etc. Esas situaciones hacen que a veces nos neguemos a nosotros mismos o a los demás. Lo primero que se hace es no querer asumir que la situación es difícil y se niega la importancia que tiene. Comenzamos a minimizar también las consecuencias que puede tener el hecho de no prestar atención a algo que nos duele. En estos casos es importante el reajuste porque la realidad terminara imponiéndose y eso nos aleja de la salud física, mental y emocional. Sin embargo, en algunos casos la negación es útil, por ejemplo, si te dan una información chocante que no puedes digerir se requiere que tengas tu propio ritmo para que no te desbordes. Ante situaciones límite o eventos traumáticos muchas personas no pueden procesar lo que sucedió, ni tampoco pueden llevar el desafío de ese cambio. El miedo, el estrés, la ansiedad o el exceso de adrenalina podría afectar nuestras vidas. A medida que se va viviendo, día a día, se empieza a ver la posibilidad de darle lugar a esa posible amenaza que nos afectó para empezar a abordar el problema buscando una resolución más adaptativa. En estos casos la negación es un mecanismo sano que nos ayuda a adaptarnos y a sobrevivir y también a no enfermar. Es una forma de no generar un impacto que nos desborde para darnos el tiempo de digerirlo. Pero, si esta negación se alarga mucho sí nos puede afectar. Por ejemplo, te dan un diagnóstico de tu pareja donde te informan que tiene una enfermedad terminal y tú te rehúsas a querer verlo, querer escucharlo. Al principio puede que necesites esa reacción, pero si se alarga y no estás ahí para afrontar el proceso y el duelo, eso luego pasa factura. Otro ejemplo podría ser si tienes tendencia a beber de más y eso alguna vez afecta tu relación. Es muy común que la persona intente negarlo creyendo que puede controlarlo todo. O si notas algo extraño en tu cuerpo y decides no chequearlo porque crees que no pasa nada y pasado un tiempo empieza a dolerte y te dan un diagnóstico que requiere algún tipo de intervención que podrías haber obviado. Aquí el no tomar acción y no pedir ayuda a tiempo perjudica nuestra salud. En ese sentido, la negación es aceptable como algo temporal, pero es importante tener consciencia, pues la realidad permanece igual. Muchas veces podemos tener mucho pánico a que algo pueda afectarnos y lo negamos. Pero, mirar las cosas honestamente y hablar de tus miedos o inseguridades es una forma de atenuar el sufrimiento y al mismo tiempo dar lugar a que esa consciencia pueda ir elaborándolo. Si en el pasado se han dado situaciones que no hemos afrontado es importante que observes que esas circunstancias por no atenderlas se han acumulado o han podido empeorar. Por eso, hablar de lo que nos sucede y de nuestras emociones es una forma de compartir y encontrar soluciones con otros.
La terapia es un lugar donde podemos sanar las formas en las que hemos estado funcionando y construir nuevos caminos. Si ves que la negación se alarga mucho tiempo lo importante es buscar ayuda para que esta situación no pase factura.
24 GEN 2022 · En nuestro día a día muchas veces estamos accionando a partir de lo que se conoce como: maximizar o minimizar. Por ejemplo, cometemos algún fallo y lo podemos ver como una catástrofe. Ahí estamos viendo mucho más grande lo que nos está pasando de lo que realmente sucede porque nuestra percepción está distorsionada. Esto afecta a nuestro mundo emocional y a nuestras relaciones, pudiendo llegar a situaciones extremas de adicción o de drama. Por el contrario, podemos minimizar una situación creyendo que aunque haya ido bien, cualquiera lo podría hacer mejor. Estas interpretaciones sobre lo que sucede a nuestro alrededor se denominan distorsiones cognitivas. Estas formas son maneras erróneas de procesar nuestra información, generando consecuencias negativas. Podemos comprender este comportamiento si observamos a personas con depresión donde tienen una percepción de la realidad muy oscura. En algún momento todos podemos tener una distorsión porque estamos pasando una mala época, pero es importante reconocerlo para poder ser más objetivos y no centrarnos en las barreras sino en lo que se puede hacer para mejorar.
Otra forma de reaccionar ante ciertas situaciones es la sobre generalizar, por ejemplo, en circunstancias que han sido dolorosas o adversas se teme que eso pueda volver a ocurrir. Así se obstruye el volver a pasar por ciertas situaciones creyendo que nuevas experiencias nos pueden volver a generar todo ese malestar que sentimos anteriormente. Cada experiencia es distinta, si generalizamos nos condicionamos a repetir. En psicología se llama pensamiento polarizado cuando una persona sólo ve negro o blanco, aquí no se ven los aspectos intermedios, no hay grises. Por ejemplo, si mandamos dos curriculum y no contestan comienzas a pensar que todo es inútil, que no merece la pena lo que estás haciendo y que es mejor abandonar. Quizás todavía no hayas encontrado el lugar correcto, o quizás solamente es cuestión de tiempo, pero hay que recordar que las cosas no tienen que ser negras o blancas. El razonamiento emocional, por otra parte, es identificarse con una emoción y sacar una conclusión errónea. Por ejemplo, si te sientes mal haciendo algo y no te sientes con la sensación de seguridad y eso te llevó a un malestar, de golpe te sientes incompetente y consideras que eso es cierto. Debemos poder distanciarnos de esta primera idea para ver qué es realmente lo que nos sucede.
Otros términos que utilizamos muchas veces es el “tengo que” o “debo”, esas exigencias centradas en uno mismo que crean autocrítica pueden generar situaciones de ira o agresividad. Eso hace que nuestro lenguaje, sin ser conscientes, afecte a nuestra vida y a nuestro entorno. Por ejemplo, muchas personas intentan gustar a todo el mundo y cuando sienten que algo no salió como querían entran en lo que “deberían de haber hecho”. Son personas muy exigentes que creen que no deberían cometer ningún error o que si lo han hecho pueden tener grandes consecuencias.
Otro término importante es lo que en psicología se llama: inferencia arbitraria. Ahí se observa la adivinación del pensamiento y del futuro. La adivinación del pensamiento se debe a que creemos saber lo que los demás piensan e interpretamos a partir de eso. Por ejemplo, esta persona siente pena o tristeza por mí. Allí estamos poniendo nuestras creencias en lo que suponemos que el otro emocionalmente debe sentir sobre nosotros, sin haber contrastado o preguntado. Por otro lado, está la adivinación al futuro cuando antecedemos que las cosas van a ir mal, no nos damos cuenta que pueden ir de muchas maneras y que nosotros no debemos esperar nada. Por último, está lo que conocemos como la tendencia a poner etiquetas. A veces podemos darnos cuenta que hablamos mal de nosotros mismos o nos ponemos etiquetas y nos describimos a partir de ellas. No describimos los hechos y tampoco tenemos la exactitud de ver las cosas desde un prisma que no sea nuestro pensamiento y atribución. Si por ejemplo he hecho algo y me doy cuenta que no era como lo quería hacer, una vez que he visto consecuencias, puedo empezar a decir: “soy inútil” o «soy un inconsciente” en lugar de decir: “Ahora he tomado consciencia que podría hacerlo de otra manera y con este contraste voy a buscar que en un futuro las cosas sean más fluidas.”
24 GEN 2022 · En los tiempos que corren se han perdido muchas situaciones por falta de contacto con nosotros y con los demás. Esto, inevitablemente, produce muchas veces malestar, por ese motivo es de vital importancia tener verdaderos deseos para conectar con nuestros sueños. Uno de los primeros pasos importantes a dar es salir del miedo, ya que ese miedo lo único que hace es meternos en una jaula. Debemos comprender que no somos esos miedos, pero para ello primero hay que verlos, reconocerlos para poder luego soltarlos. Es importante ver si esos miedos están conectados a algo del pasado, algo que tenga que ver con nuestra historia infantil, nuestras historias de apegos o con situaciones de pérdidas que se hayan podido sufrir este ultimo tiempo ante los cambios que hubo. Es útil reconocer el miedo para poder recuperar un espacio de libertad.
Cuando perseguimos nuestros sueños los mantenemos más vivos y en momentos de inseguridad estos son la guía para seguir viviendo una existencia con sentido. Sin ellos podemos muchas veces perder el rumbo. En ocasiones nos sucede que hemos estado sin consciencia interna y nos hemos ido perdiendo, conectar con nuestros sueños nos sirve de guía para retomar el camino. Eso que llamamos errores son las experiencias que nos ayudan a aprender para reconectar y comprendernos mejor. Cuando alguien decide conectar con su interior aparece una sensación de certeza donde no tienes que demostrarle nada a nadie. Así te dedicas a poner corazón en aquello que te hace sentir bien, en aquello que amas. Eso hace que nos conectemos con nuestras habilidades y talentos para poder disfrutarlos y compartirlos con el mundo.
Hay que aprender a saber lo que sí quieres y lo que no quieres para comenzar a poner límites a todo aquello que te aleja de lo que crees que te ayudaría a vivir con más paz, más visión. Sostener y honrar esos límites forma parte de nuestro aprendizaje. No es necesario sentir que todo el mundo cree en ti porque en verdad eres tú quien debe creer primero en ti. Tienes tu propio valor y si tú no lo reconoces nunca podrá salir a la luz. Somos experiencia constante y desde ahí aprendemos y desde ahí probamos con la vida y adquirimos nuestro sentido de vivir. Cuando encontramos situaciones que están conectadas profundamente con lo que nos sienta bien ahí lo que estamos haciendo cobra sentido de la existencia. Comenzamos a vivir una interacción con nosotros, con la vida y con los demás mucho más expansiva. No es trabajar, es conectar con lo que sientes que te activa tus dones y talentos. Muchas personas pierden parte de sus vidas y direcciones porque hacen cosas que no les gustan, que las amargan, que les ponen en contradicción no permitiendo sacar su potencial. Salir de la comodidad forma parte de un riesgo, pero eso riesgo es necesario para poder buscarse, encontrarse y luego obtener recursos y nuevas herramientas. El momento es siempre. Nos podemos conducir hacia el lugar donde sabemos brillar y donde el placer de experimentarse, viviendo desde la coherencia, es un gran objetivo de por sí. En ese punto, no nos importarán tanto los resultados, como la importancia del camino recorrido, desde un lugar de autoresponsabilidad, donde no somos más víctimas porque ahora podemos escoger.
24 GEN 2022 · Nuestra historia familiar genera unos estilos afectivos, una forma de vivir, de creer en el mundo y de evidenciar y extraer muchas conclusiones, impactos, emociones, ideas que vienen de alguna manera dadas por los comportamientos de los padres y de la familia extensa, al igual que de la sociedad. Es importante revisar esta historia que llevamos dentro, ya que debido a ellas muchas veces podemos tener el sentimiento de no ser suficientemente buenos o válidos, o ser complacientes, o vivir alguna situación de abandono, negligencia, ambivalencia, situaciones contradictorias o de miedo. Estas historias se vuelven obstáculos que si no los revisamos pueden afectar a nuestro crecimiento interior y personal. Eso que se va repitiendo y que todavía hoy nos resuena o se nos activa nos explica que es importante liberarnos, hacer un trabajo de revisión, de comprensión, de ver los patrones para poder hacer los duelos y sanar.
Las creencias tienen que ver con las opiniones y juicios que nos hacen ver el mundo de una manera determinada y que incluso muchas veces lo vamos a percibir como algo natural y no lo vamos a cuestionar. No todo lo que hemos vivido sigue en el proceso de ayudarnos a crecer, sino que muchas veces está afectando nuestro avance, a eso lo llamamos: creencias limitantes. Se denomina así a las creencias que te generan una sensación de incapacidad, de miedo. Esto impide sentirse abundante y vivir un camino más amoroso.
Otro aspecto del que pecamos en las sociedades occidentales es de un exceso de conformismo o pasividad, una actitud de no cuestionarse y vivir con el mínimo esfuerzo. Así nos llevamos a un lugar donde los acontecimientos nos arrasan o no tenemos control sobre ellos. De esta manera no asumimos riesgos ni responsabilidades, pero al mismo tiempo dejamos de aprender, no evolucionamos y muchas veces nos quedamos, gracias a la zona de confort, en una situación aparentemente saludable. No nos damos la posibilidad de ver las repercusiones de las situaciones donde podríamos sacar nuestra fuerza, nuestro potencial, nuestro espacio de amor y libertad. Es como si debajo hubiera la creencia errónea de que las cosas cambian solas, sin que hagamos nada, y persiste la creencia de: “para qué cambiar si igual no hay nada que conseguir». Cuando hay estas creencias hay que observar si hay algún tipo de indefensión aprendida y también comprender si hay mensajes familiares que pueden estar obstruyendo el camino, así se busca ver de dónde viene esa necesidad de comodidad. Cuando no creemos en nosotros mismos o no podemos conectar con quienes somos nos colocamos en un lugar de pasividad. Al encontrarnos en este punto nos olvidamos la importancia de nuestra existencia y la capacidad que tenemos de incidir sobre la realidad y nuestro entorno. Cuando estamos en esa pasividad generamos hábitos que no nos van a permitir muchas veces tener la fuerza para salir airosos o para manejar nuestra vida. Podemos culpar al mundo, podemos justificarnos, podemos ser incoherentes entre lo que pensamos, sentimos y actuamos. La realidad es que los hábitos facilitan la disciplina, generan una sensación de bienestar y de dirección para salir del caos. Esto no significa rigidez sino orden. La disciplina sin esfuerzo, pero sí con intención, es una manera de darnos fortaleza y darnos una sensación de autoresponsabilidad y de dirección para poder gestionar nuestra vida y expandirnos.
Otro aspecto muy importante es el compromiso con los valores, estos dan guía y dirección, nos permiten vivir en coherencia y en momentos determinados, cuando vienen tormentas poder sentir que tenemos el timón de nuestro barco. Al mismo tiempo nos permite filtrar y seleccionar personas que comulguen con dichos valores para que no nos saquen de nuestro centro. Podemos entrenar nuestra mente para saber observar nuestra manera de pensar y así aprender a depurar estos pensamientos, ya que son los que reflejan nuestra forma de vida. Si somos conscientes de esto y vamos transformando y cambiando nuestra forma de mirar podemos cambiar nuestra percepción. La prisa, la falta de escucha y el ir a un ritmo que no nos permita digerir la vida hace que vivamos desconectados.
Creer en nosotros, tener planes y sueños, orientarnos a ello sin postergar, dando un espacio para que se hagan realidad a través de la disciplina con intención, no con sobre esfuerzo, eso nos llevará a tener una mayor calidad de vida. Al salir del miedo a lo desconocido nos permitimos superar obstáculos y dejar el control de querer hacerlo todo perfecto, porque eso hace que muchas veces no podamos disfrutar. Hay que salir de personas, contextos, y situaciones que no nos hagan avanzar o vivir en sintonía. Por eso, busca con tu mente y corazón de qué te quieres rodear y dónde quieres estar ya que eres el responsable de tu vida y puedes decidir.
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Soy Marian Ponte Psicóloga-Sexóloga y llevo más de 20 años ayudando a las personas a través de la psicoterapia y la psicología consciente.
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Soy Marian Ponte Psicóloga-Sexóloga y llevo más de 20 años ayudando a las personas a través de la psicoterapia y la psicología consciente.
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Autore | Marian Ponte |
Organizzazione | Marian Ponte |
Categorie | Spiritualità |
Sito | marianponte.com |
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