20 MAG 2020 · Hace mucho tiempo en un reino lejano existió un rey que al parecer sufría de bipolaridad o tenia algún trastorno de la personalidad. Este rey tenia la particularidad que un día amanecía sintiéndose tan feliz, que bajaba los impuestos, conmutaba penas, perdonaba ofensas etc. Esos eran los días buenos para este rey.
Sin embargo, también tenia días que cuando se despertaba se sentía terrible, días como esos subía los impuestos, mandaba personas inocentes al calabozo, y se volvía el ser mas intolerante sobre la faz de la tierra, al día siguiente cuando se despertaba este rey tenia que lidiar con las terribles consecuencias de todas las cosas mala que había hecho el día anterior.
Cansado de vivir una vida de inestabilidad, en uno de sus días buenos el rey decidió consultar con sus sabios y consejeros a quienes les dio la tarea de encontrarle una cura o por lo menos una solución a su problema.
Los días pasaron y ninguno de los sabios de la corte del rey encontró una cura a este trastorno. Hasta que un dia llego al palacio un mendigo que aseguro tener la solución a los problemas del rey. El mendigo le entrego al rey un anillo y le dijo que todo lo que el tenia que hacer era, tanto los días malos, como los días buenos era leer las tres palabras que estaban inscritas dentro del anillo.
El rey entonces se retiro a sus habitaciones reales y muy intrigado se quito el anillo para poder leer cuales eran esas tres palabras que lo liberarían. Las tres palabras eran:
“Esto También Pasara”
Entonces el rey se dio cuenta que todo lo que tenia que hacer en los días cuando todo salía bien, era repetirse como un mantra las palabras: Esto también pasara. La misma receta serviría para los días malos, Repetir “Esto también pasará”