2 NOV 2020 · "La gente que quiere hacer algo en la vida, lo tiene desde chiquito”, le cuenta Ella Cisneros a Ricardo De La Blanca, mientras recuerda cuando llegó muy pequeña a Venezuela desde su natal Cuba, apenas un año después murió su padre y tuvo que ayudar a mantener a su familia.
“Yo tuve que hacerme sola desde muy pequeña”, dice y cuenta cómo a los 15 años les pidió a las monjas de su colegio que le dejaran utilizar la piscina y comenzó a dar clases de natación. “Gané en un verano más de lo que ganaba un ingeniero en ese momento”, rememora.
Así, como una emprendedora individual, Ella Cisneros se fue educando y generando empresa, con u ojo puesto siempre en la tecnología. “Yo no fui ala universidad pero he podido hacer muchas cosas”, dice.
“Yo empecé a intentar inventar el internet en 1989”, asegura y cuenta que en ese propósito se gastó como 4 millones de dólares a través de la ONU. Su casi obsesión con la tecnología y esa mente visionaria le ha permitido desarrollar grande negocios. Una de sus anécdotas es la de “el apartemento de mis sueños” que desarrolló con todas las automatizaciones robóticas de la época en frente al Central Park de Nueva York y por el cual, ante el interés insuitado de un comprador, decidió pedir una cifra astronómica. "Valía 600.000 dólares, y lo vendí en 4 millones de dólares. Ahí empezó un negocio de real estate que duró muchos años”, recuerda.
Pero no todo ha sido fácil en su vida, y no solo en aquellos primeros años. “Con una sonrisa enfrenté todos los retos que me trajo la vida”, dice ahora y le desnuda a Ricardo De La Blanca su vida espiritual en la que la meditación juega un papel preponderante. “La meditación no es pensar, es dejar de pensar”, dice.
Frente a los problemas y dilemas, dice, tiene una máxima: “Nada es por siempre. Los problemas no son eternos. Lo que hace falta es tener las ganas, el impulso y no parar ante la adversidad", asegura. Y agrega: “no hay enemigo más grande que lo que tú puedas hacer. Si tienes paciencia, verás pasar por tu puerta pasar muchas cosas”.
Para esta época de pandemia, el alma filantrópica de Ella Cisneros emerge como ejemplo. “Los grandes negocios que he hecho han comenzado por ayudar alguien”, le cuenta a De La Blanca. Y como consejo para todos lanza este: “Es el momento de pensar qué no he hecho y sentarse a hacerlo”.