Solemos implementar estrategias en nuestras actividades dónde queremos obtener resultados positivos y con muy buena intención buscamos obedecer a Dios conforme a nuestra propia prudencia, tanto así que nuestra vida Cristiana de alguna forma está planificada y no puede salirse de ese molde definido.

El peligro que se presenta por duplicado es: creer que lo que tenemos es insuficiente y que las herramientas disponibles son las inadecuadas.

Dios quiere hacer algo a través de nuestras vidas, pero no pensemos que nosotros vamos a dar la victoria. Es importante que obedezcamos y es fundamental que creamos, para qué lo que tengamos en la mano se vuelva suficiente, efectivo y milagroso!