Tercera meditación de la serie: La Transfiguración: el amor de Dios Padre por su Hijo y por nosotros

Enamórate de la Santísima Humanidad de Jesucristo. –¿No te da alegría que haya querido ser como nosotros? ¡Agradece a Jesús este colmo de bondad! (Forja, n. 547). «La Transfiguración nos concede una visión anticipada de la gloriosa venida de Cristo».

Jesucristo es el Dios Encarnado, en Él se da la unión entre cielo y tierra: tratarlo en su Humanidad para ser nosotros cada vez más divinos. Descubrir en el Evangelio a Jesús cansado, durmiendo, mirando cariñosamente, esperando a los apóstoles, andando por los caminos, sintiendo compasión por cada persona, etc.