Proverbios-125 Defectos de carácter-La ira
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Descrizione
Proverbios trata diferentes defectos de carácter que hacen que una persona actúe necia e insensatamente, y comparte los resultados negativos que estos defectos tienen en la vida de uno mismo...
mostra di piùEl enojo continuo o desproporcionado hace que nuestro cuerpo se tense, causando altos niveles de estrés y tensión muscular y cardiovascular, causando estos a su vez daños a nuestro propio ser. Así también, el daño afecta a aquellos que nos rodean, ya que la ira suele ir acompañada de conversaciones duras y acciones agresivas.
Los Proverbios nos recuerdan en múltiples textos el daño que la ira ocasiona.
Proverbios 15:18 “El hombre iracundo promueve contiendas; Mas el que tarda en airarse apacigua la rencilla.” Y Proverbios 29:22 dice “El hombre iracundo levanta contiendas, Y el furioso muchas veces peca.”
Proverbios 21:19 “Mejor es morar en tierra desierta que con la mujer rencillosa e iracunda”.
Ninguno se libra, hombre o mujer; los iracundos son personas infelices y peligrosas. Por lo que Proverbios 22:24-25 advierte:
“No te entremetas con el iracundo, Ni te acompañes con el hombre de enojos, No sea que aprendas sus maneras, Y tomes lazo para tu alma.”
Cuidado con los iracundos. Proverbios 21:9 nos dice que “Mejor es vivir en un rincón del terrado que con mujer rencillosa en casa espaciosa.”
Y el 13 dice: “Dolor es para su padre el hijo necio, Y gotera continua las contiendas de la mujer.”
Estos dos proverbios hablan de un hijo y una esposa, pero sabemos que cualquier persona que se pasa el día contendiendo con otros y provocando o siendo provocada fácilmente, hace difícil la convivencia.
Y si a esa actitud iracunda se le añade violencia, entonces los resultado son horribles.
Proverbios 19:19: “El de grande ira llevará la pena; Y si usa de violencias, añadirá nuevos males.”
Nos angustiamos al ver tantos incidentes de violencia entre personas que conviven o han convivido juntos. En algún momento dijeron que se amaban, y ahora se odian y se maltratan en muchos sentidos. La ira, cuando se le da rienda suelta y se le anima con actitudes, palabras y acciones, puede llegar muy lejos, causando males irreparables. Y es que como dice Santiago 1:20 “la ira del hombre no obra la justicia de Dios”.
Dios denuncia la ira y la violencia, relacionándolas con la necedad:
Proverbios 29:11 “El necio da rienda suelta a toda su ira, Mas el sabio al fin la sosiega.”
Proverbios 12:16 “El necio al punto da a conocer su ira; Mas el que no hace caso de la injuria es prudente.”
Proverbios 29:8 dice que “los hombres escarnecedores ponen la ciudad en llamas; mas los sabios apartan la ira.”
El sabio no deja que su ira salga para que todo el mundo la vea, sino que es capaz de controlarse, sosegándola y no dándole rienda suelta. El sabio está dispuesto a no hacer caso a la injuria, y a apagar las llamas de la ira. Esto es difícil, porque a nadie le resulta sencillo pasar por alto ofensas. Y seamos sinceras; hay ofensas que pasan el límite de la legalidad y han de ser llevadas a la justicia. Debemos saber qué ofensas se pueden pasar por alto y qué ofensas se deben tratar por los cauces adecuados, y debemos hacerlo siempre con prudencia y sensatez.
Proverbios contrasta al iracundo con el cuerdo:
“La cordura del hombre detiene su furor, Y su honra es pasar por alto la ofensa.” El que tiene cordura, es capaz de detener su enojo y su ira. Proverbios 19:11 da valor a la persona que es capaz de pasar por alto una ofensa sin responder con ira.
Y es que habrá muchas situaciones en las que seremos tentados a responder con ira. Y puede que en otras ocasiones seamos nosotros los que provoquemos a ira a los que nos rodean. Proverbios también habla a aquellos que con sus acciones provocan a otros a tener ira.
Proverbios 30:33 advierte que el que provoca a alguien a ira también causa conflicto:
“Ciertamente el que bate la leche sacará mantequilla, Y el que recio se suena las narices sacará sangre; Y el que provoca la ira causará contienda.”
Vemos que podemos pecar de tener ira nosotros, o de causar ira en otros. Por lo que debemos tener mucho cuidado con nuestras actitudes, palabras y acciones. En la carta a los Colosenses Pablo exhorta: “Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten” (3:21). Literalmente está diciendo: “Padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos.” y así lo dice en la carta a los Efesios (6:4) Que Dios nos ayude a no ser de los que provocan la ira con sus acciones.
Qué bonito sería si a nosotras nos conocieran como mujeres que podemos apartar la ira. Si en lugar de batir y batir para sacar ira pudiéramos sacar en nosotras y en otros paz y concordia. Hagamos de esto un reto personal.
Proverbios 15:1 nos dice que “La blanda respuesta quita la ira, mas la palabra áspera hace subir el furor”
David, el padre de Salomón, el escritor de los Proverbios, ya decía en Salmo 37:8 “deja la ira y desecha el enojo; no te excites en manera alguna a hacer lo malo”.
Y Salmo 86:15 nos recuerda que Dios “es misericordioso y clemente, Lento para la ira, y grande en misericordia”
¿Y si yo pudiera ser más como Él cada día? Lenta para la ira, y grande en misericordia. Entonces mi relación personal con otros y mi propio bienestar mejorarían. Te animo a acompañarme en este reto.
Informazioni
Autore | David y Maribel |
Organizzazione | David y Maribel |
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