Los cambios profundos son confundidos con los hechos buenos que consideramos que hacemos., y de esta manera esconden motivaciones erroneas en nuestro corazón y adormecen la percepción de nuestra realidad.
Un cambio profundo se caracteriza por priorizar a Cristo, una urgencia de cambio y una necesidad de nueva identidad, comprobada por la genuina acción de amar lo bueno.
Las verdades espirituales no tienen fecha de vencimiento, pero si fecha de comienzo., El cambio empieza hoy! 
La pregunta correcta no es, que tengo que hacer?
Si no., que tengo que tener?