MelP_453-1Cor_14_1
26 giu 2024 ·
2 min. 30 sec.
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Descrizione
«Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis.» (1 Corintios 14:1) Los corintios tenían entre ellos muchos conflictos. Aparentemente existían competiciones entre los creyentes para...
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«Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis.» (1 Corintios 14:1)
Los corintios tenían entre ellos muchos conflictos. Aparentemente existían competiciones entre los creyentes para intentar sobresalir por medio del ejercicio de sus dones espirituales. Nos recuerda de la actitud que vemos entre los doce cuando discutían sobre quién era el mayor en el reino. Los corintios creían que si tenían ciertos dones, eran mejores o más valiosos a Dios que los demás en la iglesia. En los capítulos 12 y 13, Pablo les enseña sobre el don del amor. Sin el amor, les dijo, nada de lo que hacían realmente tenía valor (13:1-3). Por lo tanto les instruye a ""seguir el amor"". Literalmente, la idea es correr detrás del amor con la intención de alcanzarlo. Para usar el lenguaje de Eclesiastés, muchas veces vamos corriendo detrás del viento para intentar alcanzarlo, sólo para luego darnos cuenta de que todo lo que nos parecía tan importante era realmente vanidad. Pero el amor no es vanidad. No es un esfuerzo inútil porque el amor está a la cabeza del fruto del Espíritu. ¡Dios quiere producir ese amor en nosotros! La pregunta importante es ¿qué estamos haciendo nosotros que frena la producción de este amor en nuestros corazones? Si permitimos que la envidia, el orgullo, lo indebido, la irritación o el rencor (ver 13:4-5) llene nuestros corazones, no estamos fomentando el amor de Dios en nuestras vidas.
Que Dios nos haga pacientes y benignos en su amor, primeramente hacia Él y también hacia nuestros prójimos. (David Bell)
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Los corintios tenían entre ellos muchos conflictos. Aparentemente existían competiciones entre los creyentes para intentar sobresalir por medio del ejercicio de sus dones espirituales. Nos recuerda de la actitud que vemos entre los doce cuando discutían sobre quién era el mayor en el reino. Los corintios creían que si tenían ciertos dones, eran mejores o más valiosos a Dios que los demás en la iglesia. En los capítulos 12 y 13, Pablo les enseña sobre el don del amor. Sin el amor, les dijo, nada de lo que hacían realmente tenía valor (13:1-3). Por lo tanto les instruye a ""seguir el amor"". Literalmente, la idea es correr detrás del amor con la intención de alcanzarlo. Para usar el lenguaje de Eclesiastés, muchas veces vamos corriendo detrás del viento para intentar alcanzarlo, sólo para luego darnos cuenta de que todo lo que nos parecía tan importante era realmente vanidad. Pero el amor no es vanidad. No es un esfuerzo inútil porque el amor está a la cabeza del fruto del Espíritu. ¡Dios quiere producir ese amor en nosotros! La pregunta importante es ¿qué estamos haciendo nosotros que frena la producción de este amor en nuestros corazones? Si permitimos que la envidia, el orgullo, lo indebido, la irritación o el rencor (ver 13:4-5) llene nuestros corazones, no estamos fomentando el amor de Dios en nuestras vidas.
Que Dios nos haga pacientes y benignos en su amor, primeramente hacia Él y también hacia nuestros prójimos. (David Bell)
Informazioni
Autore | David y Maribel |
Organizzazione | David y Maribel |
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