Notas en Español e inglés 👇
Levítico 13: Sanados y protegidos de la maldición.

Levítico 13:45-46:
Y el leproso en quien hubiere llaga llevará vestidos rasgados y su cabeza descubierta, y embozado pregonará: ¡Inmundo! ¡Inmundo! Todo el tiempo que la llaga estuviere en él, será inmundo; estará impuro, y habitará solo; fuera del campamento será su morada.
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Este capítulo encierra todos los detalles acerca de la forma en que se debía tratar los casos de lepra. Sea sobre un hombre o mujer, sea en diferentes partes del cuerpo o todo el cuerpo, leyes de cómo se debía manejar los objetos como ropas o cueros que aparecía esta plaga.
La lepra es una enfermedad muy extraña por la forma en que aparece, y afecta al ser humano en su cuerpo y objetos. También es una enfermedad cruel, pues destruye poco a poco la piel y los miembros del cuerpo. Y no solo eso, el que porta esta patología sufre vergüenza y aislamiento permanente.

Hoy en día sabemos que son 2 las bacterias que causan esta enfermedad, y que existen terapias para curarla con fuertes antibióticos en un proceso largo, entre 6 meses a dos años aproximadamente.
En la antigüedad, los sacerdotes examinaban con cuidado los síntomas cutáneos porque no todos los cambios en la piel eran lepra, sino que podía ser otras condiciones como la psoriasis o el vitíligo, que cambian el color de la piel pero que no causan los mismo trastornos dolorosos de la lepra. Es por eso del proceso minucioso de los protocolos que Dios estableció en la ley de Moisés para Israel.
Cuando se diagnosticaba la lepra, era como una condenación. Se consideraba a la persona impura, y muchas veces si eso venía como castigo por causa del pecado. Muchos morían con la enfermedad, también muchos recibían milagro cuando Dios permitió que recuperen su salud recibiendo sanidad divina.
La lepra causaba que todo leproso fuera tildado como maldito por Dios y simplemente el leproso debía aislarse, y por ley debía anunciar ante las multitudes que era leproso para que no se acercaran a él, para que no se contaminaran por su inmundicia.
Muchos leprosos, en el tiempo de Jesús, vivían en las afueras de la ciudad y pedían limosna en los caminos polvorientos. No les quedaba opción sino hacer comunidades de leprosos para poder subsistir y ver cómo sus cuerpos se deterioran lentamente.
Y muchos vieron la mano de Dios manifestarse cuando gritaban en el camino: “¡Jesús, hijo de David, ten misericordia de mí!” Otros gritaban: “¡Jesús, si quieres, puedes limpiarme!” En ese momento, Jesús miraba su fe, su forma atrevida de ignorar los protocolos y, en vez de gritarles “Aléjate de mí'', Él se acercó a ellos y clamó por ellos para librarlos de su aflicción.

Si sientes que por muchos años estas cargando una lepra espiritual que no te deja vivir una vida espiritual próspera y bendecida por causa de una mala experiencia del pasado que te marcó, donde los que te rodean y te conocen te han marcado como pecador o como alguien indigno de recibir la bendición de Dios, es hora de que te levantes en fe, y llames a Jesús para que quite tu afrenta, para que no vivas más en ese estado donde piensas que no mereces el perdón de Dios. Este es el momento para recibir la bendición de Dios que ha prometido a todo aquel que cree y decide levantarse de ese lugar de aislamiento donde el enemigo lo ha empujado.
Ya no vivas más en maldición. No creas más en las mentiras de Satanás que han sido como una lepra sobre tu vida, manchando tu reputación y haciéndote creer que la bendición de Dios no es para ti.
Vivamos hoy el presente, entrega tu pasado y ponlo a los pies del Señor. Permite que el Señor Jesucristo te diga hoy: “Quiero, sé limpio”. Y cuando sientas tu liberación, el perdón y la bendición de Dios en ti y tu hogar, comenzarás a vivir una vida llena de agradecimiento, reconociendo que el Señor ha quitado esa maldición con que tanto tiempo el enemigo ha tratado de impedirlo. Todos los miembros de tu hogar brillarán con la luz de Dios y vivirán vidas dignas de alguien que ha sido bendecido por el Señor.

Soy tu amigo Eduardo Rodríguez. Que el Señor escuche tu oración y te proteja de cualquier maldición que el enemigo profiera contra ti y tu familia. Cúbrete con la bendición del Señor que recibimos en Su Nombre, en el Nombre de Jesús.

🇺🇲
Leviticus 13: Healed and protected from the curse.

Leviticus 13:45-46:
“Now the leper on whom the sore is, his clothes shall be torn and his head bare; and he shall cover his mustache, and cry, ‘Unclean! Unclean!’ He shall be unclean. All the days he has the sore he shall be unclean. He is unclean, and he shall dwell alone; his dwelling shall be outside the camp.
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This chapter contains all the details about how leprosy cases should be treated. Whether on a man or woman, whether in different parts of the body or the whole body, laws on how objects such as clothes or leather that this plague appeared should be handled.
Leprosy is a very strange disease because of the way it appears, and it affects the human being in his body and objects. It is also a cruel disease, because it gradually destroys the skin and the limbs of the body. And not only that, the one who carries this pathology suffers shame and permanent isolation.

Nowadays we know that there are 2 bacterias that cause this disease, and that there are therapies to cure it with strong antibiotics in a long process, between 6 months to two years approximately.
In ancient times, priests carefully examined skin symptoms because not every change in the skin was leprosy, but could be other conditions such as psoriasis or vitiligo, which change the color of the skin but do not cause the same painful disorders as leprosy. That is why the meticulous process of the protocols that God established in the law of Moses for Israel.
When leprosy was diagnosed, it was like a condemnation. The person was considered impure, and many times if that came as a punishment for sin. Many died with the disease, also many received a miracle when God allowed them to recover their health receiving divine healing.
Leprosy caused every leper to be branded as cursed by God and the leper simply had to isolate himself, and by law he had to announce to the crowds that he was a leper so that they would not come near him, so that they would not be contaminated by his impurity.
Many lepers, in the time of Jesus, lived on the outskirts of the city and begged for alms on the dusty roads. They had no choice but to make communities of lepers to survive and watch their bodies slowly deteriorate.
And many saw the hand of God manifest when they cried out on the road: "Jesus, son of David, have mercy on me!" Others shouted: "Jesus, if you want, you can clean me!" At that moment, Jesus looked at their faith, their daring way of ignoring the protocols and, instead of shouting to them "Get away from me", He reached out to them and cried out for them to deliver them from their affliction.

If you feel that for many years you are carrying a spiritual leprosy that does not allow you to live a prosperous and blessed spiritual life because of a bad experience from the past that marked you, where those who surround you and know you have marked you as a sinner or as someone unworthy of receiving God's blessing, it is time for you to rise up in faith, and call on Jesus to remove your disgrace, so that you no longer live in that state where you think you do not deserve God's forgiveness. This is the time to receive God's blessing that He has promised to everyone who believes and decides to get up from that place of isolation where the enemy has pushed him.
Don't live in curse anymore. Do not believe more in the lies of Satan that have been like a leprosy on your life, staining your reputation and making you believe that God's blessing is not for you.
Let's live today in the present, surrender your past and put it at the feet of the Lord. Allow the Lord Jesus Christ to tell you today: "I want, be clean." And when you feel your liberation, the forgiveness and the blessing of God in you and your home, you will begin to live a life full of gratitude, recognizing that the Lord has removed that curse with which the enemy has tried so long to prevent it. All members of your household will shine with God's light and live lives worthy of someone who has been blessed by the Lord.

I am your friend Eduardo Rodriguez. May the Lord hear your prayer and protect you from any curse that the enemy pronounces against you and your family. Cover yourself with the blessing of the Lord that we receive in His Name, in the Name of Jesus.

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