La Muñeca Encantada": En un pequeño pueblo rodeado de bosques oscuros, una familia heredó una antigua casa victoriana. Lo que desconocían era que la casa albergaba un objeto maldito: una muñeca de porcelana antigua. La muñeca, llamada Isabella, tenía una apariencia inquietante. Su rostro pálido estaba congelado en una sonrisa siniestra, y sus ojos vidriosos parecían seguirte a donde quiera que fueras. Desde el momento en que ingresó a la casa, su presencia llenó el ambiente con una energía maligna. A medida que los días pasaban, la familia comenzó a experimentar sucesos extraños. Escuchaban risas en la noche, cortinas que se movían sin viento y objetos que se desplazaban misteriosamente. Los miembros de la familia comenzaron a tener pesadillas vívidas, donde Isabella cobraba vida y los acechaba en la oscuridad. La hija más joven, Mia, fue quien sufrió más el impacto de la muñeca encantada. No podía dormir y constantemente sentía la mirada penetrante de Isabella sobre ella. A medida que pasaban los días, Mia comenzó a actuar de manera extraña, hablando en un tono desconocido y comportándose de forma violenta. La familia decidió investigar el origen de la muñeca y descubrió que había pertenecido a una niña llamada Annabelle, quien murió en circunstancias misteriosas en la casa hace décadas. Annabelle se había obsesionado tanto con su muñeca que su espíritu quedó atrapado en ella, buscando venganza y compañía. Determinados a liberarse de la presencia malévola, la familia buscó la ayuda de un anciano sabio del pueblo. El anciano les advirtió sobre los peligros de enfrentarse a un espíritu vengativo, pero también les mostró un antiguo ritual que podría romper el encantamiento. Siguiendo las instrucciones del anciano, la familia reunió los ingredientes necesarios y llevó a cabo el ritual en el ático de la casa. En medio de la oscuridad y el susurro de palabras antiguas, Isabella cobró vida una vez más. Pero en lugar de acechar a la familia, la muñeca se convulsionó y liberó un grito aterrador antes de desintegrarse en polvo. El espíritu de Annabelle finalmente fue liberado, y la casa volvió a estar en paz. La familia siguió adelante con sus vidas, pero nunca olvidaron la aterradora experiencia que vivieron junto a la muñeca encantada. Desde entonces, nadie se atrevió a volver a la antigua casa victoriana. La historia de la muñeca maldita se convirtió en una advertencia para aquellos que se aventuraban cerca de la propiedad, recordándoles que algunos objetos pueden albergar fuerzas oscuras y que ciertos secretos nunca deben ser desenterrados. Autor José Pardal
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