Jeremías-141 Una nueva vasija

25 lug 2023 · 7 min. 28 sec.
Jeremías-141 Una nueva vasija
Descrizione

Isaías y Jeremías comparten la ilustración de una vasija de barro para enseñar una lección. Isaías 30:14-15 “Y se quebrará como se quiebra un vaso de alfarero, que sin misericordia...

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Isaías y Jeremías comparten la ilustración de una vasija de barro para enseñar una lección.

Isaías 30:14-15 “Y se quebrará como se quiebra un vaso de alfarero, que sin misericordia lo hacen pedazos; tanto, que entre los pedazos no se halla tiesto para traer fuego del hogar, o para sacar agua del pozo.

Isaías compara a Israel con una vasija de barro que se quebraría. Se quebraría de tal forma que los trozos no serían lo suficientemente grandes como para usarlos para transportar brasas. Y no porque Dios quisiera destruirlos, sino porque ellos no quisieron ser rescatados.”

Dice el versículo 15: ”Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis”

Dios les había enviado mensajeros para advertirles, para que pudieran cambiar el rumbo, pero no quisieron.

Pero lo que es increíble es que este mismo Dios de juicio les mostraría misericordia.

En Isaías 30:18-19 leemos

“Por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehová es Dios justo; bienaventurados todos los que confían en él. Ciertamente el pueblo morará en Sion, en Jerusalén; nunca más llorarás; el que tiene misericordia se apiadará de ti; al oír la voz de tu clamor te responderá.”

Y no solo eso, sino que Dios también heriría a aquellos que le hicieron mal.

¿Qué Dios es este? El Dios justo y santo. Mas este Dios es también amoroso y misericordioso. Como padre, castiga al hijo que se desvía, para traerlo de nuevo a la senda segura y próspera. ¿Quién no querría a este Dios como Su Dios? ¿Quién no querría que este fuera Su Padre celestial?

El profeta Jeremías nos lleva al taller del alfarero para mostrarnos la obra que Dios hace con la humanidad. Allí en el taller nos habla de una vasija de barro que se estropea.

Jeremías 18:4 dice: “Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla.”

Jeremías habla de cómo cuando la primera vasija que estaba diseñando el alfarero se echó a perder, la chafó, y comenzó a crear una segunda vasija tal y como el alfarero la quería hacer. Y la hizo el alfarero “según le pareció mejor hacerla,”

Esta expresión “según le pareció mejor hacerla” muestra la soberanía que Dios debe tener en nuestras vidas, porque Su plan es siempre mejor que el nuestro.

Después de que la primera se había echado a perder en su mano, el alfarero hizo una nueva mejor. Esto es lo que Dios ha hecho con la humanidad. Dios creó al hombre, varón y hembra, a su imagen y semejanza. Y Adán, ante la elección de tener comunión con Dios o con la que era como él, escogió la segunda opción, rechazando a Dios. Esto nos llevó a la situación descrita en Romanos 5, donde Pablo habla del primer Adán y del segundo Adán.

Romanos 5:12 dice: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.”

Mas al continuar leyendo, en Romanos 5:17-18 leemos “Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.
18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.”

Si por un pecado de Adán, todos morimos espiritualmente (y físicamente caímos en el ciclo de vida y muerte), vemos que Cristo, el segundo Adán, provee gracia para todos y el don de Dios que sobrepasa cualquier transgresión.

Fíjate en el versículo 17: “por la transgresión de uno solo”, este es Adán, entró la muerte y reinó, afectando a cada ser humano en toda la historia de la humanidad. Eso es poderoso. Nuestras malas decisiones afectan a otros, pero gracias a Dios no afectan a toda la población, ni por toda la historia. Pero la transgresión de Adán afectó al mundo entero a través de la historia.

Sin embargo, vemos que por la obra del segundo Adán, Jesucristo, tenemos una segunda oportunidad. Cuando recibimos “la abundancia de la gracia y el don de la justicia” de la que habla el texto somos hechas nuevas criaturas, como la creación de una segunda vasija. ¡Eso es maravilloso! Jesucristo murió “a causa de nuestras muchas transgresiones,” y lo hizo para hacernos justos en Él. Y gracias a que resucitó, venciendo la muerte, tenemos redención. Somos una nueva creación en Cristo.

Quizás te estás preguntando: ¿Esta justificación afecta a toda la humanidad? Pues la Palabra de Dios dice “los que RECIBEN la abundancia de la gracia y el don de la justicia.” Osea, que la oportunidad la tienen todos, pero la justificación y vida eterna (5:21) es solo para aquellos que la reciben, llegando a ser hechos esa nueva creación.

¿Estás viviendo todavía en la condenación del primer Adán, o has sido hecha una nueva creación, hecha justa por la justicia del Segundo Adán? ¿Eres una nueva vasija?
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Autore David y Maribel
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