- Las malas decisiones tienen terribles consecuencias. Y el origen de las malas decisiones suelen ser malas prioridades,

- El marketing juega con nuestras prioridades: pone el acento en lo material, lo inmediato, lo aparente y lo sensual. Esa presión nos afecta a todos.

- Hay otras presiones, por ejemplo: los malos hábitos, lo que hace la mayoría, la cultura propia de la familia o de la región donde uno vive, lo que hace la gente que uno admira. Todas esas presiones nos quitan libertad y hacen duro rectificar las prioridades que uno toma.

- ¿Cómo conocer uno sus prioridades? Mira estos signos:

+ A qué le dedicas tu tiempo y dinero.
+ Cómo obras cuando hay conflictos de intereses.
+ Cómo te sientes después de ciertas decisiones (la voz de la conciencia).
+ A quiénes contradices y a quiénes no.
+ Qué miedos te acechan.
+ Qué tanto te logras visualizar en determinado tiempo.
+ Cuántas versiones de ti mismo están por ahí en la calle.

- Tener en cuenta: uno SÍ puede mejorar sus prioridades: se requiere reflexión, discernimiento, decisión y constancia en los empeños. Básicamente hay que aprender a decirse NO a tiempo.

- Las buenas prioridades son como una luz que muestra el camino a mejores decisiones y finalmente, a una vida mejor.