Evangelio Del Día Sábado 27 de Agosto | Envíame a Mi | Hoy en Oración
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Evangelio Diario LITURGIA - 27 DE AGOSTO DE 2022 Ciclo C - Año II - Color Verde XXI Semana del Tiempo Ordinario Liturgia de las Horas Tomo II I Semana...
mostra di piùLITURGIA - 27 DE AGOSTO DE 2022
Ciclo C - Año II - Color Verde
XXI Semana del Tiempo Ordinario
Liturgia de las Horas Tomo II
I Semana del Salterio
Primera Lectura 1 Corintios 1, 26-31
Salmo 32
Evangelio Mateo 25, 14-30
“Eres un empleado fiel y cumplidor”
Reflexión del Evangelio de hoy (Fr. Mitxel Gutiérrez Sánchez O.P.)
Jesús se ha hecho sabiduría de Dios
En esta fiesta de Santa Mónica, que, a través de la oración de petición insistente, consiguió la conversión de su hijo Agustín, nos viene bien recordar la necesidad de la oración, para el bien personal y para el bien de la Iglesia. La oración nos vendrá muy bien para descubrir lo que San Pablo nos recuerda en la primera lectura de hoy y vivir y experimentar todo lo que dice de Jesús a la comunidad de los Corintios y hoy nos las dice a la comunidad cristiana. Es la fuerza del Espíritu del Resucitado la que hace que lo que no cuenta, cuente para Dios y para la comunidad.
De la muchas cosas que nos dice sobre Jesús me fijo en la que dice que se ha hecho: ”Sabiduría de Dios”. Con esta frase nos recuerda que, como enviado de Dios, nos ha enseñado todo lo que Dios espera de cada uno de sus hijos, nos ha enseñado a descubrir la voluntad de Dios, el proyecto de amor para la humanidad. No solo nos lo ha enseñado con sus palabras, sino sobre todo con su actuación y por eso se convierte en justificación y salvación. Esto infunde en nosotros esperanza y nos impulsa a cumplir con nuestra misión de evangelizadores y ser comunicadores de esa experiencia que vivimos.
Llamada a la responsabilidad
Esta parábola, una de las más conocidas del evangelio, es una invitación a la responsabilidad, por una parte, y por otra, a no acomodarse y por miedo no arriesgar. Dos personajes porque aman al señor que les da los dones ejercen su responsabilidad, el otro, por no entender el amor de su señor se muestra pasivo e indiferente a ese amor. No arriesga. Los tiempos cambian, las circunstancias también y por eso, es necesario arriesgar, hacer siempre lo mismo no vale ni a nivel político, social y sobre todo religioso. Por vocación creyente estamos llamados a arriesgar, a no acomodarnos haciendo siempre lo mismo y no adaptar ni nuestro lenguaje, ni nuestros ritos a la situación en que nos encontramos.
La misión de Jesús es comunicar en cada momento histórico la buena Noticia de un Dios Padre que tiene que ser estimulo, horizonte y esperanza para todo ser humano. De nada sirve vivir del pasado, sino somos capaces de transmitir algo significativo a los hombres y mujeres de hoy. El hecho de no cambiar nada, de no hacer nada distinto, no significa que estemos siendo fieles a Dios.
Los valores que el Espíritu está infundiendo en la Iglesia, y que debemos desarrollar los creyentes, se llaman audacia, capacidad de riesgo, búsqueda creativa y escucha atenta al Espíritu y a las situaciones de las personas. No es fácil, pero no tenemos otra manera de si, de verdad, queremos comunicar al mundo nuestra experiencia de ser seguidores de Jesús. No tengamos miedo por arriesgar contamos con la ayuda de Él que nos acompaña y anima. Que el Espíritu Santo nos da audacia y valor.
“Tú, Jesús, eres la Luz en nuestros corazones y nos das tu ardor para cumplir con nuestra misión. Tú nos confortas con tu palabra y en la fracción del pan para anunciar a nuestros hermanos tu verdad y nos das la fuerza para ser tus testigos en medio de las dificultades de nuestro mundo. Gracias, Señor”
LECTURA DEL DÍA
Lectura de la carta de San Pablo a los Corintios
1 Cor 1, 26-31
Hermanos: Consideren que entre ustedes, los que han sido llamados por Dios, no hay muchos sabios, ni muchos poderosos, ni muchos nobles, según los criterios humanos. Pues Dios ha elegido a los ignorantes de este mundo, para humillar a los sabios; a los débiles del mundo, para avergonzar a los fuertes; a los insignificantes y despreciados del mundo, es decir, a los que no valen nada, para reducir a la nada a los que valen; de manera que nadie pueda presumir delante de Dios.
En efecto, por obra de Dios, ustedes están injertados en Cristo Jesús, a quien Dios hizo nuestra sabiduría, nuestra justicia, nuestra santificación y nuestra redención. Por lo tanto, como dice la Escritura: El que se gloría, que se gloríe en el Señor.
EVANGELIO DEL DÍA
Lectura del santo evangelio según san Mateo
Mt 25, 14-30
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: "El Reino de los cielos se parece también a un hombre que iba a salir de viaje a tierras lejanas; llamó a sus servidores de confianza y les encargó sus bienes. A uno le dio cinco talentos; a otro, dos; y a un tercero, uno, según la capacidad de cada uno, y luego se fue.
El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió un talento hizo un hoyo en la tierra y allí escondió el dinero de su señor.
Después de mucho tiempo regresó aquel hombre y llamó a cuentas a sus servidores.
Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: 'Señor, cinco talentos me dejaste; aquí tienes otros cinco, que con ellos he ganado'. Su señor le dijo: 'Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor'.
Se acercó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: 'Señor, dos talentos me dejaste; aquí tienes otros dos, que con ellos he ganado'. Su señor le dijo: 'Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor'.
Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y le dijo: 'Señor, yo sabía que eres un hombre duro, que quieres cosechar lo que no has plantado y recoger lo que no has sembrado. Por eso tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo'.
El señor le respondió: 'Siervo malo y perezoso. Sabías que cosecho lo que no he plantado y recojo lo que no he sembrado. ¿Por qué, entonces, no pusiste mi dinero en el banco, para que a mi regreso lo recibiera yo con intereses? Quítenle el talento y dénselo al que tiene diez. Pues al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que tiene poco, se le quitará aun eso poco que tiene.
Y a este hombre inútil, échenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación' ".
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