Evangelio Del Día Miércoles 14 de Septiembre | Abre Nuestro Corazón | Hoy en Oración

14 set 2022 · 7 min. 11 sec.
Evangelio Del Día Miércoles 14 de Septiembre | Abre Nuestro Corazón | Hoy en Oración
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Evangelio Diario LITURGIA - 14 DE SEPTIEMBRE DE 2022 Ciclo C - Año II - Color Verde XXIV Semana del Tiempo Ordinario Liturgia de las Horas Tomo II IV Semana...

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Evangelio Diario
LITURGIA - 14 DE SEPTIEMBRE DE 2022
Ciclo C - Año II - Color Verde
XXIV Semana del Tiempo Ordinario
Liturgia de las Horas Tomo II
IV Semana del Salterio
Primera Lectura 1 Corintios 12, 31-13, 13
Salmo 32
Evangelio Lucas 7, 31-35

“Para que el mundo se salve por Él’

PALABRAS DEL SANTO PADRE
Jesús levantado: en la cruz. Moisés hace una serpiente y la levanta. Jesús será levantado, como la serpiente, para dar la salvación. Pero el núcleo de la profecía es precisamente que Jesús se hizo pecado por nosotros. No ha pecado: se ha hecho pecado. Como dice San Pedro en su carta: “Llevó nuestros pecados en su propio cuerpo” (cf. 1Pe 2,24). Y cuando miramos el crucifijo, pensamos en el Señor que sufre: todo eso es verdad. Pero nos detenemos antes de llegar al centro de esa verdad: en este momento, Tú pareces el mayor pecador, Tú te has hecho pecado. Ha tomado sobre sí todos nuestros pecados, se ha aniquilado a sí mismo hasta ahora. La cruz, es verdad, es un tormento, está la venganza de los doctores de la Ley, de los que no querían a Jesús: todo esto es verdad. Pero la verdad que viene de Dios es que Él vino al mundo para tomar nuestros pecados sobre sí mismo hasta el punto de hacerse pecado. Todo pecado. Nuestros pecados están ahí. Debemos acostumbrarnos a mirar el crucifijo bajo esta luz, que es la más verdadera, la luz de la redención. (Homilía Santa Marta, 31 marzo 2020)

Reflexión del Evangelio de hoy (Fray Manuel Santos Sánchez O.P.)
Dios siempre perdona y ama
Hay que repetirlo cuantas veces sea preciso. La historia de las relaciones de Dios con los hombres es la historia del amor apasionado de Dios hacia todos nosotros. En un primer momento, el pueblo judío percibió con intensidad este amor cuando Dios los libró de la esclavitud de Egipto.

Pero en el trayecto hasta la tierra prometida, en algunas ocasiones, como nos indica el episodio de esta primera lectura, no vieron claro ese amor de Dios. “El pueblo estaba extenuado del camino y habló contra Dios y contra Moisés”. El Señor envió como castigo serpientes venenosas y murieron muchos israelitas. El pueblo cayó en la cuenta de su pecado, se arrepintieron y pidieron a través de Moisés que les perdonase y que apartase de ellos las serpientes mortales. Dios se las arregló para salvarles a través de una serpiente colocada en un estandarte a quien tenían que mirar. Dios perdonaba a su pueblo y le seguía amando.

La cruz de Jesús es la mejor prueba de su amor hacia nosotros
La segunda lectura de San Pablo y el evangelio del día, nos ayudan a ver que la muerte de Jesús en la cruz es la exaltación del apasionado amor que nos tiene. Siempre hemos de ver unidos su vida, su muerte en cruz, y su resurrección. Si Jesús murió en la cruz fue porque vivió así, de una determinada manera, y si resucitó fue porque vivió y murió así. En esta fiesta de hoy queremos resaltar la muerte de Jesús en la cruz y el gran amor que encierra… pero lo mismo podemos y debemos decir de su vida y su resurrección.

En lo del amor… hay que empezar por Dios Padre, que tanto amó al mundo que le envió a su Hijo. Hay que seguir por su Hijo Jesús, que fue capaz de no hacer alarde de su categoría de Dios y tomar la condición de esclavo, para que viéramos con más claridad que había venido a servirnos y no a ser servido. Y nos sirvió, no desde la altura divina, sino desde su condición humana, llenándonos de luz y predicándonos su buena noticia, gastando su vida en indicarnos el camino que nos lleva a vivir con vida, con sentido, con esperanza en esta tierra antes de desembocar en la vida de felicidad total después de nuestra muerte y resurrección.

A las autoridades judías no les gustó Jesús, su manera de vivir y su manera de predicar. Le pidieron que se callase que no predicase su evangelio. Pero Jesús, por amor a nosotros, siguió predicando su buena noticia y como consecuencia le mataron en una cruz, pero de esta manera su amor, su evangelio, su luz han quedado para siempre con nosotros. Por amor a nosotros, por no dejarnos en la estacada, por no dejarnos sin la mejor noticia que nosotros los hombres podíamos recibir… le mataron en la cruz. Es verdad, la exaltación de la cruz, es la exaltación del gran amor que siempre nos tuvo Jesús.


LECTURA DEL DÍA
Lectura del libro de los Números
Num 21, 4-9
En aquellos días, el pueblo se impacientó y murmuró contra Dios y contra Moisés, diciendo: “¿Para qué nos sacaste de Egipto? ¿Para que muriéramos en el desierto? No tenemos pan ni agua y ya estamos hastiados de esta miserable comida”.
Entonces envió Dios contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murieron muchos israelitas. El pueblo acudió a Moisés y le dijo: “Hemos pecado al murmurar contra el Señor y contra ti. Ruega al Señor que aparte de nosotros las serpientes”. Moisés rogó al Señor por el pueblo y el Señor le respondió: “Haz una serpiente como ésas y levántala en un palo. El que haya sido mordido por las serpientes y mire la que tú hagas, vivirá”. Moisés hizo una serpiente de bronce y la levantó en un palo; y si alguno era mordido y miraba la serpiente de bronce, quedaba curado.


EVANGELIO DEL DÍA
Lectura del santo evangelio según san Juan
Jn 3, 13-17
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: “Nadie ha subido al cielo sino el Hijo del hombre, que bajó del cielo y está en el cielo. Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él’’.


Oración

Señor, enséñame a transmitir ese amor que menciona tu palabra, ese amor comprensivo, servicial, sin envidia, que no es presumido, ni egoísta. Quiero amar con el amor que no se deja llevar por la ira y que olvida lo malo; que no se alegra con la injusticia, sino que se goza en la verdad. Quiero transmitir el amor que disculpa sin límites, que confía sin límites, que espera sin límites y que soporta sin límites.

Acción

Hoy me esforzaré porque el amor que les tengo a mis cercanos tenga al menos cinco características de las que se mencionan en este texto.
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