Evangelio Del Día Martes 28 de Junio | Tiempo de Dios | Hoy en Oración

23 lug 2022 · 7 min. 53 sec.
Evangelio Del Día Martes 28 de Junio | Tiempo de Dios | Hoy en Oración
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Evangelio Diario LITURGIA - 28 DE JUNIO DE 2022 Ciclo C - Año II - Color Verde XIII Semana del Tiempo Ordinario Liturgia de las Horas Tomo II I Semana...

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Evangelio Diario
LITURGIA - 28 DE JUNIO DE 2022
Ciclo C - Año II - Color Verde
XIII Semana del Tiempo Ordinario
Liturgia de las Horas Tomo II
I Semana del Salterio
Primera Lectura Amós 3, 1-8; 4, 11-12
Salmo 5
Evangelio Mateo 8, 23-27

“¿Quién es este, que hasta el viento y el mar lo obedecen?”

PALABRAS DEL SANTO PADRE
Es precisamente así. Debemos despertar a Cristo en nuestro corazón y solo entonces podremos contemplar las cosas con su mirada, porque Él ve más allá de la tormenta. A través de esa mirada serena, podemos ver un panorama que, solos, ni siquiera es concebible vislumbrar. (Audiencia general, 10 noviembre 2021)


Reflexión del Evangelio de hoy (Hna. Águeda Mariño Rico O.P.)
Hablar en nombre del Señor
La situación en Judá e Israel y las naciones vecinas en tiempos del profeta Amós, durante el reinado de Jeroboam II, del 783 al 743 a. C., no era muy diferente a la actual. Intensos intercambios comerciales, aumento de las riquezas de forma desproporcionada provocando graves desequilibrios y desigualdades, el lujo desmedido de unos pocos ricos y la miseria y opresión de la gran mayoría del pueblo. El profeta alza su voz contra esta terrible situación de injusticia, proclamando que el Señor no puede permanecer indiferente y castigará a los causantes de la misma “¡Prepárate para encontrarte con tu Dios!”4,12 “…habré de pediros cuentas de todas las maldades que habéis cometido”3,2.

En el capítulo 3 de este libro va desgranando una serie de causalidades, para finalizar con la que es la tarea del profeta “¿Quién no hablará en nombre del Señor, si él lo ordena?”. Pienso que este final nos puede centrar mucho también como cristianos. Nuestra fe no es un asunto meramente íntimo, sino profético, encarnando el Evangelio en una realidad concreta; y personal, me compromete a actuar y vivir coherentemente con ella. Es una tremenda responsabilidad hablar en nombre de Dios, no es voluntad ni deseo nuestro, sino iniciativa y mensaje de Dios.

Las situaciones de desigualdad, abuso e injusticia tan extendidas, institucionalizadas y flagrantes no pueden dejarnos indiferentes, ¡claman al cielo! Y “el cielo” tiene una palabra que decir, también hoy, que el Señor sigue dando su voz a profetas de nuestro tiempo. Desde la fe estamos comprometidos con que se cumpla la voluntad de Dios, y su voluntad es el bien para todos, sin excepciones.

La autoridad de Jesús
Así como vimos en el texto de Amós, la misión del profeta viene dada por el Señor, y habla en su nombre porque él lo ordena, Mateo hace hincapié en la autoridad de Jesús. Jesús es la Palabra de Dios encarnada. “La gente estaba admirada de cómo les enseñaba, porque lo hacía con plena autoridad y no como sus maestros de la ley” Mt 7, 28.

A lo largo del capítulo 8, el evangelista narra varios milagros de Jesús y, en medio de estos relatos, habla sobre las condiciones para los que quieran seguirle. El texto de hoy, describe un momento de especial peligro que viven los discípulos, a la intemperie, en medio de una tempestad. Seguir a Jesús supone riesgo, incluso de la propia vida, supone inseguridad y se despiertan los miedos más profundos y los más naturales, la fe se tambalea y se descubre muy frágil. Lo más duro, quizás, es esa sensación de estar abandonados a nuestra suerte, hasta el mismo Maestro está dormido e indiferente a la situación tan temible.

Es muy fácil también caer en la trampa de creer que seguimos a Jesús cuando tenemos éxito, nos sentimos satisfechos y seguros por lo logrado, el buen nombre, nos respetan e incluso admiran. Nos acomodamos muy fácilmente. Pero las inclemencias y nuestros límites están ahí, e irrumpen. Y descubrimos que Jesús se nos ha dormido en el alma ¡quizás hace tanto tiempo ya, que no contábamos verdaderamente con Él!

Hay un antes y un después en este relato. En medio de esa tempestad tan tremenda, los discípulos despiertan a Jesús, él les cuestiona su miedo y poca fe, y restablece la calma en el mar. Despertar a Jesús es clave, es esencial para seguirle verdaderamente, y continuar, que vuelva a ocupar el centro de nuestro ser, de nuestra vida, de nuestras comunidades de fe, de nuestras instituciones y nuestra Iglesia. Sabemos que supone un proceso de humildad y sinceridad, que nos va a cuestionar y contrastar, que nos purificará. Pero nos abrirá a su vez a la admiración y al asombro, a redescubrirle, a ser testigos de quién es y de qué es capaz “¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?”.


LECTURA DEL DÍA
Lectura de la profecía de Amós
Am 3, 1-8; 4, 11-12
Escuchen estas palabras
que el Señor les dirige a ustedes, hijos de Israel,
y a todo el pueblo que hizo salir de Egipto:

“Sólo a ustedes los elegí
entre todos los pueblos de la tierra,
por eso los castigaré con mayor rigor
por todos sus crímenes.

¿Acaso podrán caminar dos juntos, si no están de acuerdo?
¿Acaso no ruge el león en la selva, cuando tiene ya su presa?
¿Lanza su rugido el cachorro de león desde su cueva,
si no ha cazado nada?
¿Cae el pájaro al suelo, sin que se le haya tendido una trampa?
¿Se levanta del suelo la trampa, sin que haya atrapado algo?
¿Se toca la trompeta en la ciudad, sin que se alarme la gente?
¿Hay alguna desgracia en la ciudad, sin que el Señor la mande?
Ciertamente el Señor no hace nada
sin revelar antes su designio a sus profetas.
Pues bien, ya ha rugido el león, ¿quién no tendrá miedo?
El Señor Dios ha hablado, ¿quién no profetizará?

Los he destruido a ustedes como a Sodoma y a Gomorra;
han quedado como un tizón sacado del incendio
y no se han vuelto a mí, dice el Señor.

Por eso te voy a tratar así, Israel,
y porque así te voy a tratar,
prepárate, Israel, a comparecer ante tu Dios”.


EVANGELIO DEL DÍA
Lectura del santo evangelio según san Mateo
Mt 8, 23-27
En aquel tiempo, Jesús subió a una barca junto con sus discípulos. De pronto se levantó en el mar una tempestad tan fuerte, que las olas cubrían la barca; pero él estaba dormido. Los discípulos lo despertaron, diciéndole: “Señor, ¡sálvanos, que perecemos!”

Él les respondió: “¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?” Entonces se levantó, dio una orden terminante a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma. Y aquellos hombres, maravillados, decían: “¿Quién es éste, a quien hasta los vientos y el mar obedecen?”.


Oración

Dios mío, enséñame a corregir a quienes me diste a cuidar, mis hijos, mis alumnos, mis empleados, mis amigos y que tenga el valor de hacerlo con amor y con verdad para que puedan crecer como personas y como verdaderos hijos tuyos.

Acción

Hoy descubriré la voz de Dios en las correcciones que haya recibido de alguien en estos últimos días.
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