Evangelio Del Día Martes 22 de Noviembre | Para Ti Toda Mi Música | Hoy en Oración

22 nov 2022 · 7 min. 10 sec.
Evangelio Del Día Martes 22 de Noviembre | Para Ti Toda Mi Música | Hoy en Oración
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Evangelio Diario LITURGIA - 22 DE NOVIEMBRE DE 2022 Ciclo C - Año II - Color Verde XXXIV Semana del Tiempo Ordinario Liturgia de las Horas Tomo II II Semana...

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Evangelio Diario
LITURGIA - 22 DE NOVIEMBRE DE 2022
Ciclo C - Año II - Color Verde
XXXIV Semana del Tiempo Ordinario
Liturgia de las Horas Tomo II
II Semana del Salterio
Primera Lectura Apocalipsis 14, 14-19
Salmo 95
Evangelio Lucas 21, 5-11

“Mirad que nadie os engañe”

PALABRAS DEL SANTO PADRE
Los discípulos de Cristo no pueden permanecer esclavos de los temores y de las angustias, sino que están llamados a vivir la historia, a detener la fuerza destructiva del mal, con la certeza de que la ternura providencial y tranquilizadora del Señor acompaña siempre su acción de bien. Esta es la señal elocuente de que el Reino de Dios viene a nosotros, es decir, que la realización del mundo se acerca como Dios quiere. Es Él, el Señor, quien dirige nuestras vidas y conoce el propósito último de las cosas y los acontecimientos... Que la Virgen María, por su intercesión maternal, nos sustente en nuestro camino cotidiano de fe, siguiendo al Señor que guía la historia. (Angelus, 17 noviembre 2019)


Reflexión del Evangelio de hoy (Hna. Virgilia León Garrido O.P.)
Ha llegado la hora: tiempo de siega, y de vendimia
En la lectura del Apocalipsis de hoy encontramos dos escenas de juicio, presentadas bajo la imagen de dos cosechas. La primera es la cosecha de la mies y podemos pensar por lo que dice el texto que el Hijo del Hombre es el segador. La segunda es la vendimia de una viña y la recolección es realizada por un ángel. Se trata de dos cosechas diferentes, lógico es pensar que serán realizadas en momentos diferentes también. Las dos: siega y vendimia son operaciones paralelas ¿pueden ser también contrapuestas? La siega agruparía a los buenos y la vendimia a los malos. ¿Podría estar hablando “del juicio final?

La 1ª imagen la de la siega del trigo (V14-16) nos recuerda la recolección qué Mt13, 24ss nos narra en la parábola del trigo y la cizaña. Jesús ofrece esta enseñanza a los que se acercan a escucharle. En la parábola vemos que hay dos elementos diferentes que se recogen y el paradero al que son llevados también va a ser diferentes: la cizaña será quemada con fuego, el trigo será guardado en el granero del amo. Podemos pensar que esta parábola engloba las dos imágenes que nos presenta el texto de hoy. El juicio sobre los justos y el juicio a los impíos.

En las dos visiones encontramos hechos que se refuerzan entre ellos: los dos (“el semejante a un Hijo de hombre y un ángel salido del santuario) empuñan una hoz afilada en la mano” atentos para poner en práctica la orden que les llegue. En las dos visiones les llega “un ángel que gritó con gran voz: mete tu hoz, es ya el tiempo, todo está maduro”. Llegan como mensajeros de Dios, pero ¿cómo entender que un ángel da la orden al que se asemeja a un “Hijo de Hombre”, título que nos habla de Jesucristo? Realmente, el texto no nos lo aclara. No obstante, creemos que sólo Dios puede decidir el momento en que la mies está madura para ser cosechada.

En definitiva, parece que el autor inspirado del Ap. vuelve aquí a contrastar el destino de los justos con el de los impíos. Primero son cosechados los “hijos de Dios,” y una vez que han sido colocados en su granero celestial, entonces se aplica el juicio a los “incrédulos.”. El juicio de Dios siempre tiene estas dos caras: una luminosa y otra sombría. Para unos será un día de liberación y alegría, para otros será de perdición y sufrimiento. Pero recordemos, el resultado de este juicio ha sido y es decidido por cada persona, cuando libremente aceptamos o rechazamos la gracia de Dios. (Mt 25,34-46).

Confiemos, la invitación está abierta a toda persona, en Jn 5, 22 Jesús nos dice: “El Padre no juzga a nadie, sino que le ha dado al Hijo todo el poder de juzgar”, y Él se hizo nuestro Salvador.

Cuando oigáis hablar de guerras y de revueltas, no os asustéis…
Jesús escucha una conversación dónde se están haciendo ciertas valoraciones y se introduce en ella con una sentencia: “Esto que ven, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida”. Seguro que hubo miradas de sorpresa entre ellos y naturalmente le harían preguntas: ¿Cuándo, cómo será? ¿Cuáles serán los signos? Jesús no les da respuesta exacta, si intenta dirigirles hacia cuestiones verdaderas y esenciales. Según el texto podemos señalar dos. Intentemos nosotros descubrirlas hoy.

Ésta es la 1ª afirmación de Jesús: “Miren en no dejarse engañar por falsos profetas”. No vivan distraídos, estén atentos, porque encontraran muchas ofertar que les pueden hacer dudar. No corran tras ellas, enfréntelas, porque nos llegarán muchos falsos salvadores que pueden hacernos herrar el camino.

La 2ª “No se asusten, que el miedo no les paralice” Solos, no podemos, dejemos que el Espíritu de Dios nos conduzca. Sabemos que el mal existe, que a veces es lo más fácil y vistoso, intentemos preguntarnos por lo esencial. Es tiempo de vivir en esperanza, del saber permanecer, es nuestro tiempo viviendo la espera del Señor Jesús

La enseñanza de Jesús es siempre actual. Hoy para nosotros también. Vivamos el discernimiento, virtud nada fácil de practicar, pero imprescindible ante la realidad que nos está tocando vivir. Que ella nos ayude a descubrir por dónde anda el Espíritu de Jesús y los “espíritus del mal” hoy. Que sepamos “leer los signos de los tiempos” Que ilumine los caminos por dónde nos invita a transitar, con la seguridad inquebrantable que aunque no le veamos, ni le sintamos, Jesús sigue caminando en medio de nuestra humanidad y haciendo “Historia de Salvación”en ella.


LECTURA DEL DÍA
Lectura del libro del Apocalipsis
Apoc 14, 14-19
Yo, Juan, tuve otra visión: Vi una nube blanca y en ella a alguien que parecía un ser humano, con una corona de oro en la cabeza y una hoz afilada en la mano. Entonces un ángel salió del templo y le gritó con potente voz al que estaba sentado en la nube: “Empuña la hoz y ponte a segar; el tiempo de la cosecha ha llegado ya; la mies de la tierra está madura”. El que estaba sentado en la nube pasó su hoz sobre la tierra y recogió la cosecha de la tierra.
Salió otro ángel del templo celestial, también él con una afilada hoz en su mano. Y salió del templo otro más, el ángel que tiene poder sobre el fuego, y le gritó con potente voz al que tenía la hoz afilada: “Empuña tu hoz afilada y corta los racimos de la viña de la tierra, porque sus uvas ya están maduras”.
El ángel acercó su hoz a la tierra, cosechó la viña de la tierra y echó los racimos en el gran lagar de la cólera de Dios. Pisaron las uvas en el lagar, fuera de la ciudad, y del lagar corrió tanta sangre, que subió hasta los frenos de los caballos, en una extensión de unos trescientos kilómetros.


EVANGELIO DEL DÍA
Lectura del santo evangelio según san Lucas
Lc 21, 5-11
En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza de las ofrendas votivas que lo adornaban, Jesús dijo: “Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando; todo será destruido”.
Entonces le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál será la señal de que ya está a punto de suceder?”
Él les respondió: “Cuídense de que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: ‘Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado’. Pero no les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin”.
Luego les dijo: “Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles”.


Oración

Señor, me niego a ser normal, no permitas que me normalice bajo los términos del mundo; quiero ser una señal de contradicción como tú lo fuiste en esta tierra. Hazme, Señor, contradecir la injusticia, la tibieza y la indiferencia hacia ti. Que la dicha, la armonía y la felicidad, producto del encuentro contigo, haga que los demás se cuestionen, te buscen, te acepten y te amen profundamente.

Acción

Hoy evaluaré todas las ocasiones en que por agradar a los demás me he acomodado a las tendencias del mundo que contradice a la voluntad de mi Dios, le pediré perdón y me esforzaré por no dejarme llevar de nuevo.
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Autore Hoy En Oracion
Organizzazione Hoy En Oracion
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