Evangelio Del Día Lunes 23 de Mayo | Abrir El Corazón A Dios | Hoy en Oración

20 giu 2022 · 6 min. 58 sec.
Evangelio Del Día Lunes 23 de Mayo | Abrir El Corazón A Dios | Hoy en Oración
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Evangelio Diario LITURGIA - 23 DE MAYO DE 2022 Ciclo C - Año II - Color Blanco VI Semana del Tiempo de Pascua Liturgia de las Horas Tomo I II...

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Evangelio Diario
LITURGIA - 23 DE MAYO DE 2022
Ciclo C - Año II - Color Blanco
VI Semana del Tiempo de Pascua
Liturgia de las Horas Tomo I
II Semana del Salterio
Primera Lectura Hechos 16, 11-15
Salmo 149
Evangelio Juan 15, 26-16, 4

“Esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí”

PALABRAS DEL SANTO PADRE
Meditando estas palabras de Jesús, nosotros hoy percibimos ser el Pueblo de Dios en comunión con el Padre y con Jesús mediante el Espíritu Santo. En este misterio de comunión, la Iglesia encuentra la fuente inagotable de la propia misión, que se realiza mediante el amor. Es el amor que nos introduce en el conocimiento de Jesús, gracias a la acción de este “Abogado” que Jesús nos ha enviado, es decir el Espíritu Santo. El amor a Dios y al prójimo es el mandamiento más grande del Evangelio. El Señor hoy nos llama a corresponder generosamente a la llamada evangélica, al amor, poniendo a Dios en el centro de nuestra vida y dedicándonos al servicio de los hermanos, especialmente a los más necesitados de apoyo y consuelo. (Regina Caeli, 21 mayo 2017)


Reflexión del Evangelio de hoy (D. Félix García O.P)
El Señor le abrió el corazón
Es el premio que el Señor concede a quien le busca con fe y confianza. Te abre la mente para que entiendas y te abre el corazón para que creas y vivas.

Lidia ha encontrado a Dios por la predicación de Pablo y porque el Señor había tocado su corazón y abierto su entendimiento para que comprendiera y aceptara la Buena Noticia que ha llegado a su pueblo.

Es la forma en que Dios actúa en nosotros: pone a nuestro alcance su mensaje y abre nuestra mente para que podamos aceptarlo, sin forzar a nadie, pero dejando encendidas suficientes luces para que todos podamos ver y aceptar que quiere de nosotros, y, si dejamos que la luz penetre en nosotros podremos ver el verdadero camino por el que nos invita a caminar. Lidia y su familia han llegado a encontrar a Jesús, camino, verdad y vida y se entregan sin condiciones. Pablo y Silas aceptan ir a su casa y hospedarse en ella. Dios acepta también nuestro hospedaje, solo espera que le invitemos a tomar posesión de nuestra casa y sepamos vivir sabiendo que “el Señor ama a su pueblo”.

El Señor está a la puerta y llama. Si abrimos, entrará y fijara en nosotros su morada. Seamos “casa de Lidia”, insistamos en que se quede con nosotros. Solo entonces podremos entonar un cántico nuevo y alegrarnos porque el Señor ama a su pueblo, y nosotros seremos “su pueblo”
… el que os de muerte pensará que da culto a Dios

Jesús sigue desgranando su mensaje en esta larga oración o discurso previo a la última cena. Es el mensaje de alguien que sabe próximo su final y trata de atar los cabos de su mensaje. Cierto que ha ido desgranándolo a lo largo de su vida pública ante sus discípulos, pero San Juan considera necesario integrar en su Evangelio esta recapitulación, que abarca la totalidad del mensaje.
No están tan lejos los tiempos profetizados por el Maestro. Corren días en que en algunos ambientes se considera bueno tratar de eliminar a los seguidores de Cristo. Puede que empezando por eliminar de la vista los símbolos cristianos.

La Cruz, presente en casi todos los pueblos, está siendo arrancada y, en algún, caso depositada, o tirada, en la escombrera del pueblo; en otros casos simplemente son demolidas. Y transformadas en cascotes. Se trata de eliminar manifestaciones de fe en la vía o lugares públicos, se persigue a muchos religiosos con acusaciones frecuentemente más interesadas en posibles indemnizaciones que en el esclarecimiento de la verdad.

Llagará el día en que el que de muerte a uno o más cristianos sea considerado un héroe del pueblo. Puede que el mundo cristiano tenga que prepararse para la persecución que parece adivinarse detrás de medidas que algunas autoridades dictan asegurando que lo hacen en nombre de la libertad. Es el signo de los tiempos y, si tenemos en cuenta las palabras del Maestro, no deberá espantarnos.Os excomulgarán de la sinagogapuede ser símbolo de la excomunión política que se aplica a determinadas personas por razón de su fe.

Y esto lo harán porque “no han conocido ni al Padre ni a mí”. Y puede que nosotros seamos los culpables de ese desconocimiento porque, a veces, los que nos decimos cristianos, predicamos a un Jesús que no tiene mucho parecido con el de Nazaret. Nos fijamos más en los ritos y las fórmulas que en el mensaje. Hacemos de un Padre amoroso, un juez impasible, incapaz de com-padecer con el hombre. Apenas hace un mes poníamos en la calle hermosas y valiosísimas imágenes, en tronos que derrochan una riqueza que no casa con la predicación de la Iglesia de los pobres. Predicamos, pero nos olvidamos de dar trigo.

¿Estaremos haciendo bien las cosas? ¿Es nuestro mensaje el de Cristo? Pensémoslo.


LECTURA DEL DÍA
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles
Hch 16, 11-15
Por aquellos días, zarpamos de Tróade y navegamos rumbo a Samotracia; al día siguiente, hacia Neápolis y de ahí a Filipos, colonia romana y ciudad principal de la región de Macedonia.

En Filipos nos quedamos unos días. El sábado salimos de la ciudad y nos fuimos por la orilla del río hasta un sitio donde solían tenerse las reuniones de oración. Allí nos sentamos y trabamos conversación con las mujeres que habían acudido.

Entre las que nos escuchaban, había una mujer, llamada Lidia, de la ciudad de Tiatira, comerciante en púrpura, que adoraba al verdadero Dios. El Señor le tocó el corazón para que aceptara el mensaje de Pablo. Después de recibir el bautismo junto con toda su familia, nos hizo esta súplica: “Si están convencidos de que mi fe en el Señor es sincera, vengan a hospedarse en mi casa”. Y así, nos obligó a aceptar.


EVANGELIO DEL DÍA
Lectura del santo evangelio según san Juan
Jn 15, 26–16, 4
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando venga el Consolador, que yo les enviaré a ustedes de parte del Padre, el Espíritu de la verdad que procede del Padre, él dará testimonio de mí y ustedes también darán testimonio, pues desde el principio han estado conmigo.

Les he hablado de estas cosas para que su fe no tropiece. Los expulsarán de las sinagogas y hasta llegará un tiempo, cuando el que les dé muerte creerá dar culto a Dios. Esto lo harán, porque no nos han conocido ni al Padre ni a mí. Les he hablado de estas cosas para que, cuando llegue la hora de su cumplimiento, recuerden que ya se lo había predicho yo’’.


Oración

Espíritu Santo, te pido que me des celo para propagar la Palabra de Dios y me llenes de nuevo para no dejar pasar ninguna oportunidad para anunciar el amor y la misericordia que yo mismo he recibido.

Acción

Hoy pondré mucha atención en cada conversación en la que participe y aprovecharé para dejar un mensaje y testimonio de la presencia de Dios en las personas que ahí estén.
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