Esdras-094 Orden de prioridades
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Descrizione
Me resulta curioso ver el orden de construcción de aquellos que regresaron a su tierra de la cautividad. Nos narran los libros de Esdras y Nehemías cómo se restauró Jerusalén...
mostra di piùEl capítulo 1 de Esdras nos dice que fueron a Jerusalén aquellos que desearon volver a su tierra, y lo primero que hicieron fue construir un altar. Dice que “edificaron el altar del Dios de Israel, para ofrecer sobre él holocaustos, como está escrito en la ley de Moisés varón de Dios.” En ese altar pudieron ofrecer los holocaustos que correspondían a cada día, y además de esto, el holocausto continuo y los sacrificios voluntarios y espontáneos. Y el versículo 6 nos dice que “los cimientos del templo de Jehová no se habían echado todavía.” (3:6)
Un año y dos meses después del retorno del pueblo, se echaron los cimientos del templo. Los levitas mayores de 20 años fueron asignados para dirigir la obra del templo, y se comenzó la obra con todos los materiales que habían acumulado.
Esdras 3 nos narra sobre la construcción del templo. En primer lugar se habían preparado todos los materiales. El versículo siete dice que “dieron dinero a los albañiles y carpinteros; asimismo comida, bebida y aceite a los sidonios y tirios para que trajesen madera de cedro desde el Líbano por mar a Jope, conforme a la voluntad de Ciro rey de Persia acerca de esto.
Recientemente estuve visitando la ciudad de Jope, con sus calles antiguas y su puerto. Puedo imaginar el puerto lleno de barcos procedentes de Tiro y Sidón, llenos de la madera del Líbano para la construcción del templo, la casa de Dios en Jerusalén.
Y nos narra el mismo capítulo que “cuando los albañiles del templo de Jehová echaban los cimientos, pusieron a los sacerdotes vestidos de sus ropas y con trompetas, y a los levitas hijos de Asaf con címbalos, para que alabasen a Jehová, según la ordenanza de David rey de Israel.” Fíjate, siguieron las instrucciones del rey David, el cual preparó todo para que su hijo después de él edificara el magnífico templo de Salomón. Ahora, siglos más tarde, estos hombres tenían la solemne tarea de reconstruir el templo, y vemos que sentían esta gran responsabilidad.
Los levitas “cantaban, alabando y dando gracias a Jehová, y diciendo: Porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel. Y todo el pueblo aclamaba con gran júbilo, alabando a Jehová porque se echaban los cimientos de la casa de Jehová. Y muchos de los sacerdotes, de los levitas y de los jefes de casas paternas, ancianos que habían visto la casa primera, viendo echar los cimientos de esta casa, lloraban en alta voz, mientras muchos otros daban grandes gritos de alegría. Y no podía distinguir el pueblo el clamor de los gritos de alegría, de la voz del lloro; porque clamaba el pueblo con gran júbilo, y se oía el ruido hasta de lejos.”
Puedo imaginar la escena. Los ancianos que habían servido y alabado a Dios en el templo de Salomón, lloraban por varios motivos. De emoción, al darse cuenta del significado de este momento, de lo que habían sufrido por la rebeldía colectiva del pueblo, y de ver que este templo, aunque hecho con todo el deseo y dedicación, no podría reemplazar a aquel templo en el que ellos habían adorado a Dios.
Los jóvenes, que jamás habían visto el templo, estaban gozosos y entusiasmados de ver que por fin serían libres, estarían en su propia tierra, y servirían en este templo a Jehová Dios de Israel. La construcción del templo era un símbolo de su nueva libertad.
Y así se juntaron las lágrimas agridulces de los mayores con la alegría de los jóvenes en una voz de júbilo que se podía oír desde lejos.
Mas poco después de haber iniciado la obra, hubo un periodo en el que se paralizaron las obras por la oposición que recibieron de los gobernantes del lugar, y leemos que durante este tiempo, el pueblo comenzó a acomodarse y seguir sus propios caminos en lugar de servir a Dios. Utilizaron los materiales que debían ser para el templo para construirse casas para sí, y pecaron emparentándose con los enemigos de Dios. Esdras vino al pueblo para amonestarles y exhortarlos a la obediencia, intercediendo también a Dios por el pueblo en oración, como vemos en el capítulo 9. Y el pueblo se volvió para buscar Dios.
Al observar a aquellos que volvieron de la cautividad a la vuelta a Jerusalén, vemos que cuando las prioridades son correctas, lo primero que uno hace es establecer un altar. Esto forma la base para después tener una congregación que sirve a Dios. Y cuando establecemos prioridades correctamente nos ocupamos de nuestra relación con Dios antes de mirar por lo que a nosotros nos viene mejor. Vemos en el libro de Esdras que cuando el pueblo cambia sus prioridades y se amedrenta por la oposición de los enemigos de Dios, tiende a acomodarse y buscar su propio bien. Mas veremos más adelante que cuando confían en Dios, este les abre el camino para hacer lo correcto. Y cuando edificaron el templo, Dios también permitió que la ciudad fuera reconstruida, como veremos en el libro de Nehemías.
El orden correcto de prioridades da preferencia a Dios, y deja que Él sea el que abre camino para nuestro avance personal. Para nosotras hoy en día, esto significaría establecer un altar personal, buscar un lugar al que podemos ir diariamente a encontrarnos con Dios. Nuestro tiempo personal con Dios tiene que preceder a nuestro tiempo en público, incluso con los del pueblo de Dios. Nuestra adoración personal al Dios de los cielos nos prepara para poder adorar con otros, formando parte de una congregación de cristianos en nuestra iglesia local. Y cuando seguimos el orden de prioridades, Dios proveerá morada para nosotros y suplirá nuestras necesidades.
Cuando el pueblo de Dios se desvió tras otros dioses, se alejaron de Dios en primer lugar en sus propios corazones. Dios mandó a Esdras para enseñarles la verdad, y vemos que el pueblo se arrepintió y buscó agradar a Dios, y Dios los prosperó. Así también, manténganos nosotras los ojos en las verdades establecidas por Dios, y sigamos un orden de prioridades sano, como leemos en Mateo 6:33, buscando el reino de Dios primero, porque todo lo demás nos será dado por añadidura.
Informazioni
Autore | David y Maribel |
Organizzazione | David y Maribel |
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