Esdras-093 Del cautiverio a Esdras y Nehemías
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Descrizione
Aunque voy a seguir el estudio de la Palabra con los libros de Esdras y Nehemías, cabe recordar que los libros de los profetas nos narran lo que ocurrió durante...
mostra di piùLos libros de Esdras y Nehemías narran el regreso del pueblo de Dios a Jerusalén, la construcción del templo bajo el liderazgo de Zorobabel, la enseñanza del sacerdote Esdras, y la reconstrucción de Jerusalem bajo el liderazgo de Nehemías. Todo esto ocurrió, como Jeremías había predicho, setenta años después de que fueran llevados cautivos a Babilonia.
El profeta Jeremías había hablado a Sedequías en los años que precedieron al cautiverio, mas nos dice 2 Crónicas 36:12-16 que Sedequías “hizo lo malo ante los ojos de Jehová su Dios, y no se humilló delante del profeta Jeremías, que le hablaba de parte de Jehová.
Se rebeló asimismo contra Nabucodonosor, al cual había jurado por Dios; y endureció su cerviz, y obstinó su corazón para no volverse a Jehová el Dios de Israel.” Y terminamos el libro de Crónicas leyendo cómo “Jehová el Dios de sus padres envió constantemente palabra a ellos por medio de sus mensajeros, porque él tenía misericordia de su pueblo y de su habitación. Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió la ira de Jehová contra su pueblo, y no hubo ya remedio.”
Varios fueron los profetas que habían avisado al pueblo sobre la destrucción que se les avecinaba si no arrepentían. Isaías, Miqueas, Nahum, Sofonías, Habacuc, Daniel, Ezequiel, cuando lleguemos a la sección de los profetas revisitaremos los años en que estos hombres de Dios dieron sus días para recordar al pueblo la justicia de Dios.
Jerusalén fue destruída y los habitantes de Judá fueron llevados a Babilonia. Nos cuenta 2 Crónicas 36, y lo podemos encontrar también en los capítulos 39 y 52 de Jeremías que los caldeos vinieron y mataron a todos los que se habían escondido en el santuario.
“Asimismo todos los utensilios de la casa de Dios, grandes y chicos, los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa del rey y de sus príncipes, todo lo llevó a Babilonia. Y quemaron la casa de Dios, y rompieron el muro de Jerusalén, y consumieron a fuego todos sus palacios, y destruyeron todos sus objetos deseables. Los que escaparon de la espada fueron llevados cautivos a Babilonia, y fueron siervos de él y de sus hijos, hasta que vino el reino de los persas; para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, hasta que la tierra hubo gozado de reposo; porque todo el tiempo de su asolamiento reposó, hasta que los setenta años fueron cumplidos.” (36:18-20)
Cuando los persas llegaron a Babilonia, y Ciro llegó a ser rey, nos narra el primer versículo de Esdras que “en el primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, despertó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia”
Así ha dicho Ciro rey de Persia: Jehová el Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. Quien haya entre vosotros de su pueblo, sea Dios con él, y suba a Jerusalén que está en Judá, y edifique la casa a Jehová Dios de Israel (él es el Dios), la cual está en Jerusalén. Y a todo el que haya quedado (el que no se vaya con ellos), en cualquier lugar donde more, ayúdenle los hombres de su lugar con plata, oro, bienes y ganados, además de ofrendas voluntarias para la casa de Dios, la cual está en Jerusalén.
Durante estos años, mucho había ocurrido en la tierra de los caldeos y en la de Judá. Algunos incluso habían perdido prueba de su linaje y se habían acomodado en el pueblo caldeo. Mas había llegado el momento de volver a la tierra de Israel.
Los jefes de las casas de las familias que sintieron el llamado de Dios en la tribu de Judá y los de Benjamín que habitaban con ellos, y también los sacerdotes y levitas se levantaron para volver a Jerusalén, y como Ciro había dicho, los que estaban alrededor, les dieron de sus recursos plata, oro, y toda cosa preciosa que quisieron dar voluntariamente, así como ganado y bienes. Ciro también sacó los utensilios que los caldeos se habían llevado de la casa de Dios antes de destruirla, que nos dice el texto ascendían a 5400 utensilios.
Nos dice el libro de Esdras que Sesbasar, príncipe de Judá, probablemente descendiente de Joaquín, “los hizo llevar con los que subieron del cautiverio de Babilonia a Jerusalén” (1:11)
El el segundo capítulo, Esdras nos da la lista de los que volvieron a Judá de las diferentes familias, un total de 42370 , mas muchos siervos, cantores y cantoras.
“Y habitaron los sacerdotes, los levitas, los del pueblo, los cantores, los porteros y los sirvientes del templo en sus ciudades; y todo Israel en sus ciudades.”
Se estaba cumpliendo de este modo las promesa que Dios había dado a su pueblo por medio de los profetas años antes.
Te invito a estudiar conmigo los libros de Esdras y Nehemías para ver cómo el Señor obró en su pueblo a la vuelta de la cautividad.
Informazioni
Autore | David y Maribel |
Organizzazione | David y Maribel |
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