Desde el inicio del presente año escolar, diversos sectores expresaron preocupación por lo que en medio de la pandemia puedan representar las clases presenciales para los estudiantes.

Se han denunciado, incluso, supuestos contagios de alumnos en escuelas y colegios, versión que nunca fue desmentida ni confirmada por las autoridades. Sin embargo, entendemos sumamente importante que el Gobierno siga siendo cauteloso ante cada situación vinculada con el covid-19, especialmente con su decisión de iniciar las clases de manera presencial.

Casi cinco millones de personas ya se aplicaron la segunda dosis de vacunas, lo que evidencia el gran avance logrado frente a la pandemia. Entonces, no podemos retroceder ni un ápice en las acciones encaminadas para librarnos de esta cruel enfermedad.

Repetidas veces hemos dicho que tirar la toalla en señal de vencimiento no es aconsejable, porque el covid-19 ha demostrado con pruebas irrefutables que no solo puede ser infeccioso, sino también poderosamente mortal.

Si permitimos que nuestros hijos salieran de casa para regresar nuevamente a las aulas, debemos, pues, continuar firmes en el cumplimiento del protocolo de prevención puesto en marcha por los ministerios de Salud y Educación.

La prudencia ordena que cuando existan sospechas de posibles contagios en algún centro educativo, antes de emitir opiniones que inquieten a la población, esos casos sean inmediatamente reportados a las autoridades sanitarias.