Francesc-Marc Álvaro y Javier Melero charlan con un artista que es uno y varios a la vez: Jaume Sisa, Ricardo Solfa, Ventura Mestres, Armando Llamado y El Viajante. Para este cantautor, actor, showman, presentador de televisión y escritor, la jubilación es un momento de júbilo porque “siempre se está a tiempo de volver a empezar”. Hace poco, el Ayuntamiento de Barcelona le ha concedido la Medalla de Oro al Mérito Cultural, una distinción que no altera para nada su talante galáctico ni su curiosidad como creador y figura emblemática de la contracultura que emergió en la Catalunya de finales de los sesenta.

Con casi tantos heterónimos como Fernando Pessoa, Sisa cuenta en esta conversación su querencia por el poeta portugués en la Lisboa de los amores pasados, y confiesa haber tocado la felicidad durante una noche en Este Bar, un establecimiento de León. Hijo de un anarquista y de una católica, el niño que creció en el Poble Sec mezcló la tradición popular y del Paralelo con el underground, Bob Dylan y Emili Vendrell, y salió a contar las estrellas del firmamento, saltando de una azotea a otra. Machín le acurrucó.Sisa es un clásico que observa el presente con ironía y, de propina, está convencido de que -como le dijo un payés- “el mundo empieza cada cinco minutos”.