Francesc-Marc Álvaro y Javier Melero charlan con el actor y director de teatro, cine, ópera y doblaje Mario Gas, un catalán nacido en Uruguay que se siente tan barcelonés como madrileño, desde que comenzó a subir a los escenarios cuando era un joven estudiante de Derecho. “Siempre he intentado tender puentes”, afirma. Su comparativa de ambientes teatrales invita al debate: “el público de Madrid es más extrovertido y el público catalán es un poco más retenido”. Con una larguísima trayectoria a sus espaldas, sigue disfrutando de un arte tan antiguo como fascinante, que mamó en su hogar, de su padre, su madre y su tío, el actor, torero y escritor Mario Cabré, que recuerda con cariño.

Si se pierde, búsquenlo en el West End de Londres, donde gusta de pasear por el corazón teatral del mundo, “donde adoran a sus actores y actrices”, a la búsqueda de ese espectáculo -viejo o nuevo- que le atrape y le emocione. Ante el reto de atraer a nuevos públicos al teatro, en tiempos de series vistas desde el sofá de casa, Gas propugna una fórmula que nos parece imbatible: “hay que dar calidad, interés y sorpresa”. También sugiere que, en las escuelas, los niños se acostumbren a representar historias, para que el hábito y el reto creen la necesidad de acudir al teatro.