Éste es un caso donde convergen, la salud, la ética cristiana, el derecho que tiene todo paciente a escoger el médico de su preferencia; entre otros factores. Pero, es importante iniciar definiendo los términos claves: 1. Pastor: Un líder cristiano al que se le ha conferido autoridad dentro de una congregación de creyentes para dirigirlos y cuidarlos según las Escrituras. 2. Ginecólogo: Es un médico que se especializa en brindar atención a las mujeres a lo largo de su vida, incluyendo el embarazo y el parto, además de brindar diagnósticos y tratamientos para enfermedades de los órganos reproductores femeninos. Algunos dicen que un pastor no debería ejercer la ginecología por la tentación que pudiera representar el tener que manipular las partes íntimas de muchas mujeres, mientras que otros afirman que es una profesión igual que las demás, y el médico simplemente debe aplicar la ética y la prudencia, donde se supone que un pastor debe ser aún más confiable. Lo cierto es que hay opiniones encontradas sobre el caso, pero al fin y al cabo cada mujer es libre para buscar un ginecólogo de su conveniencia. La Biblia no da indicios de que un pastor no deba ser ginecólogo, ni tampoco pudiéramos considerar como pecado el hecho de que hermanas de su iglesia se consulten con él; a menos que tengan malas intenciones. Ahora, no podemos echar a un lado la realidad de que el caso permite plantear algunas preguntas retóricas a favor o en contra: A FAVOR - ¿Por qué no consultarse con un hombre de confianza, como lo es pastor de la iglesia? - Si el pastor es un ginecólogo respetado por su vasta experiencia y conocimiento, ¿Por qué no ir donde él? - Si Jesús hubiera sido ginecólogo ¿Te consultarías con él? EN CONTRA - ¿Qué dirían los miembros de la iglesia si saben que algunas hermanas se consultan con el pastor? - ¿Qué pensaría la mujer de ese pastor ginecólogo al saber que su esposo conoce los órganos reproductores de mujeres en su iglesia? - ¿Cómo se sentirían esas hermanas cuando escuchen al pastor hablar sobre pureza sexual? - ¿Cómo se sentirían los esposos de esas hermanas que se consultan con el pastor? En ese sentido, quiero leer varios comentarios a favor y en contra que nos llegaron a través de las redes sociales. No mencionaré los nombres para respetar la privacidad de los participantes De mi parte, creo que como no es un caso de pecado, me adhiero al principio que nos dan los siguientes pasajes: Romanos 14:13 Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano. Romanos 14:3 El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido. Proverbios 2:11 La discreción te guardará; Te preservará la inteligencia, Si tienes algún aporte sobre éste caso, escríbenos en el chat o a nuestro correo electrónico. Gracias por tu fiel sintonía.