Montarse en una montaña rusa puede llegar a ser una de las cosas más divertidas del mundo o la más terrorífica. Lo mismo pasa con las emociones y con los trastornos mentales.
La indecisión en cosas de la vida hace que nazca un conflicto mental que muchas veces puede herir injustamente a las personas que amamos y que nos rodean. Pasar de un sentimiento a otro completamente opuesto en cuestión de segundos hace que la mente quiera explotar. Esa mezcla de euforia y depresión puede llegar a ser un arma mortal para la mente y el alma.