El escritor, filósofo y poeta norteamericano del siglo 19, Ralph Waldo Emerson dijo “La madurez es la edad en que uno ya no se deja engañar por sí mismo”.
Me pareció una gran frase, porque se refiere a la madurez como un estado en el que la persona manifiesta un dominio propio que le permite controlar sus reacciones en medio de las circunstancias.
El dilema entre la madurez y la inmadurez está siempre presente en el liderazgo. Todo líder quiere tener un equipo maduro, y todo equipo espera tener un líder emocionalmente maduro.
Una persona inmadura pareciera no prestar atención a lo importante, no crece con el paso del tiempo, está llena de prejuicios y tiene dificultad en discernir entre lo bueno y lo malo. Estos patrones de conducta afectan a los entornos laborales, familiares y sociales.
¿Qué disciplinas pueden ayudarnos a ser líderes emocionalmente maduros? Varias, pero hoy quisiera referirme a cuatro de ellas.

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