Siempre se despiden antes de volar lejos
La iglesia estaba llena de gente, pero cuando el ministro dio su sermón, solo unos pocos realmente escucharon. Si hubieran escuchado la lección, habrían aprendido que necesitamos ayudar a otras personas porque nunca sabemos si la persona a la que podríamos estar ayudando es en realidad un ángel disfrazado. Hebreos 13.2
"¿Ángeles?" dijo un niño pequeño a su hermana, "¿Cómo puedes saber si alguien es realmente un ángel?" Su hermana pensó por un momento y luego respondió: "Porque siempre se despiden antes de volar".
Cuando el niño salió de la iglesia con su familia, las palabras de su hermana se quedaron con él: siempre se despiden antes de volar. Durante los siguientes meses, el niño no se olvidó, y un día vio a un hombre en la calle, vestido con harapos y obviamente necesitado de comida. Le arrojó un dólar al hombre y le compró algo de comida, algo que siempre hacía ahora cuando veía a alguien que necesitaba esa ayuda. Cuando se volvió para caminar a casa, el hombre dijo: “Adiós”.
El niño se dio la vuelta rápidamente, ansioso por ver si el hombre saldría volando. Pero no lo hizo. El hombre se quedó exactamente donde estaba, y el niño caminó
lejos, decepcionado. Si hubiera seguido observando, solo un poco más, el niño habría visto los harapos del hombre volverse blancos como el lino mientras volaba en el aire.
Pasaron más años. Sin embargo, el niño no se olvidó. Siendo ahora un adolescente, vio a una señora luchando con una bolsa pesada. Ella estaba tratando de cruzar la calle, justo en el camino de un coche a toda velocidad.
El niño vio lo que estaba a punto de suceder, corrió hacia ella y la empujó fuera del camino del auto. La dama estaba a salvo, pero desafortunadamente, el niño no, había recibido todo el impacto de la colisión.

Mientras respiraba por última vez, vio ángeles y notó que cada uno le era familiar. Una era la dama que acababa de salvar. Otro era el vagabundo vestido con harapos. Había muchos más, y cada uno se reveló como una persona a la que el chico había ayudado a lo largo de los años. Le sonrieron y le dijeron: “Hola”. El chico había ayudado a tanta gente. No todos eran ángeles, pero muchos lo eran.
Me pregunto, ¿a cuántos ángeles has ayudado, pensando que era solo una persona necesitada?