1Reyes-082 La división del reino

3 mag 2023 · 6 min. 39 sec.
1Reyes-082 La división del reino
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Nos cuenta el capitulo once de Reyes que cuando Salomón se desvió tras otros dioses, Dios le dijo que le quitaría el trono de Israel, mas no durante su vida,...

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Nos cuenta el capitulo once de Reyes que cuando Salomón se desvió tras otros dioses, Dios le dijo que le quitaría el trono de Israel, mas no durante su vida, por amor a David su padre. Dios le dejaría reinar, pero durante el reinado de su hijo Roboam le quitaría el trono de Israel. Mas Dios no rompió su promesa a David. De las doce tribus de Israel, diez tribus serían dadas a otro linaje, y solo la tribu de Judá sería para la descendencia de David, ya que la tribu de los levitas se encargaban del templo y no tenían tierra en propiedad.

Jeroboam, leemos en el versículo 26, hijo de Nabat, efrateo de Sereda, siervo de Salomón, cuya madre se llamaba Zerúa, la cual era viuda, alzó su mano contra el rey.
Este era hombre valiente y esforzado, y Salomón le había dado el cargo de la casa de José. Dios le habló a través del profeta: 1 Reyes 11:29:33

“Aconteció, pues, en aquel tiempo, que saliendo Jeroboam de Jerusalén, le encontró en el camino el profeta Ahías silonita, y éste estaba cubierto con una capa nueva; y estaban ellos dos solos en el campo. Y tomando Ahías la capa nueva que tenía sobre sí, la rompió en doce pedazos, y dijo a Jeroboam: Toma para ti los diez pedazos; porque así dijo Jehová Dios de Israel: He aquí que yo rompo el reino de la mano de Salomón, y a ti te daré diez tribus; y él tendrá una tribu por amor a David mi siervo, y por amor a Jerusalén, ciudad que yo he elegido de todas las tribus de Israel; por cuanto me han dejado, y han adorado a Astoret diosa de los sidonios, a Quemos dios de Moab, y a Moloc dios de los hijos de Amón; y no han andado en mis caminos para hacer lo recto delante de mis ojos, y mis estatutos y mis decretos, como hizo David su padre.”

Dios confirmó su voluntad a Jeroboam diciendo:

“Yo, pues, te tomaré a ti, y tú reinarás en todas las cosas que deseare tu alma, y serás rey sobre Israel. Y si prestares oído a todas las cosas que te mandare, y anduvieres en mis caminos, e hicieres lo recto delante de mis ojos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como hizo David mi siervo, yo estaré contigo y te edificaré casa firme, como la edifiqué a David, y yo te entregaré a Israel. Y yo afligiré a la descendencia de David a causa de esto, mas no para siempre. (11:37-39)

Dios le dió la misma promesa a Jeroboam que había dado a su pueblo en varias ocasiones “si guardas mis estatutos yo estaré contigo”. Esta es la misma promesa que tenemos para nosotros, recuérdalo.

Lo bonito es que Dios disciplina, mas no guarda su enojo. Es justo para castigar y misericordioso para perdonar. Y además es fiel a ´su Palabra, por lo que no afligiría a la descendencia de David para siempre, sino que volvería a acordarse de ellos para salvación, y Mesías vendría de su descendencia siglos más tarde.

Reinó Salomón cuarenta años, y fue sepultado en Jerusalem, y reinó tras él su hijo Roboam.
Roboam no siguió los caminos de David, sino que siguió el patrón desarrollado por su padre. Salomón recaudaba muchos impuestos. había reclutado soldados, e incluso había instituido la esclavitud para realizar los trabajos de su reino. Esto no le había agradado a Dios, y sin embargo, Roboam había decidido ser tan duro o más que su padre.

Jeroboam, que había estado en Egipto huyendo de Salomón, volvió a Jerusalem, y le pidió al nuevo rey que redujera los impuestos que Salomón había establecido.

Roboam pidió consejo a los ancianos, los cuales le dijeron que lo hiciera así, mas no estando satisfecho con la respuesta, pidió consejo de sus consejeros más jóvenes, por si le dirían lo que quería escuchar. Y así sucedió. Roboam respondió a Jeroboam así:

Mi padre agravó vuestro yugo, pero yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes, mas yo os castigaré con escorpiones.
Y no oyó el rey al pueblo.
Cuando todo el pueblo vio que el rey no les había oído, le respondió estas palabras, diciendo: ¿Qué parte tenemos nosotros con David? No tenemos heredad en el hijo de Isaí. ¡Israel, a tus tiendas! ¡Provee ahora en tu casa, David! (1 Reyes 12:14-16).

Y así fue como el reino de Israel fue dividido, las diez tribus del norte bajo el liderazgo de Jeroboam, y la tribu de Judá que siguió a Roboam.


Triste división de un pueblo que debía haber guardado los estatutos de su Dios, el cual les había prometido su presencia y su cuidado. Que no descuidemos nuestra lealtad a Dios, ya que vez tras vez podemos observar que cuando buscamos nuestro propio camino, siempre resulta en fracaso y dolor de corazón. Busquemos a Dios y sigamos sus consejos.
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Informazioni
Autore David y Maribel
Organizzazione David y Maribel
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