Nehemías-098 Esdras y Nehemías

25 mag 2023 · 9 min. 35 sec.
Nehemías-098 Esdras y Nehemías
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Los libros de Esdras y Nehemías narran el regreso del pueblo de Dios a Jerusalén. Vemos tres etapas del regreso. En primer lugar vimos que Zorobabel volvió bajo el rey...

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Los libros de Esdras y Nehemías narran el regreso del pueblo de Dios a Jerusalén. Vemos tres etapas del regreso. En primer lugar vimos que Zorobabel volvió bajo el rey Ciro de Persia con más de 42000 personas con la intención de reconstruir el templo. Vimos que hubo un periodo de unos años en el que el pueblo paró de construir, y los profetas Hageo y Zacarías vinieron a despertar al pueblo para que acabara la obra, y Dios les permitió acabar el templo en el año 516 antes de Cristo. Entre los capítulos 6 y 7 de Esdras hay unos años en los que los eventos del libro de Ester, que estaremos leyendo esta semana tuvieron, lugar, en la ciudad de Susa, bajo el rey de Persia.

Esdras 7-10 nos narra la segunda etapa del retorno del pueblo, cuando el sacerdote y escriba Esdras fue a enseñar la ley de Dios al pueblo y a instarles a que buscaran a Dios. Les amonestó especialmente sobre al pecado de mezclarse con los paganos de la zona que no seguían la ley de Dios. Como en ocasiones anteriores, el pueblo de Dios solía caer en la tentación de emparentar con los enemigos de Dios y eran atraídos a las prácticas que estos seguían en contra de la voluntad de Dios. Esdras intercede por el pueblo a Dios y enseña la ley de Dios al pueblo. El libro de Nehemías nos presenta una tercera etapa del retorno del pueblo, cuando los muros son edificados. En este libro, Esdras ya está en Jerusalén, y Dios nos presenta que al igual que hubo una construcción del templo y una enseñanza al pueblo sobre Dios, en esta última etapa del regreso de la cautividad, hay una repoblación de la ciudad santa, pero más importante aún, hay una dedicación del pueblo de Dios a seguir y obedecer la ley de Dios.

Nos narra Nehemías 8 que el pueblo se juntó a una a escuchar la Palabra de Dios que compartió Esdras. Dice así:

“y se juntó todo el pueblo como un solo hombre en la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, y dijeron a Esdras el escriba que trajese el libro de la ley de Moisés, la cual Jehová había dado a Israel. Y el sacerdote Esdras trajo la ley delante de la congregación, así de hombres como de mujeres y de todos los que podían entender, el primer día del mes séptimo. Y leyó en el libro delante de la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de todos los que podían entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley.

Bendijo entonces Esdras a Jehová, Dios grande. Y todo el pueblo respondió: ¡Amén! ¡Amén! alzando sus manos; y se humillaron y adoraron a Jehová inclinados a tierra. Y los levitas (y da una lista de nombres) Jesúa, Bani, Serebías, Jamín, Acub, Sabetai, Hodías, Maasías, Kelita, Azarías, Jozabed, y Pelaía, hacían entender al pueblo la ley; y el pueblo estaba atento en su lugar. Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura.

Esdras leía en hebreo, mas el pueblo se comunicaba en arameo, por lo que los levitas se aseguraban de que todos entendieran las palabras de la enseñanza.

“Luego les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen nada preparado; porque día santo es a nuestro Señor; no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.”
Nehemías 8:1-3, 6-8, 10


Después de la enseñanza, comieron juntos, y el escriba les mandó que se regocijaran, porque Dios sería lo que les daría fuerzas con gozo y esperanza.

El repaso de la historia del pueblo traía lágrimas a los ojos de los hebreos, ya que podían ver que vez tras vez Dios había sido misericordioso con ellos, y vez tras vez, ellos habían sido infieles a Dios. Y en Nehemías 10:28-29 nos narra que el pueblo, los sacerdotes, levitas, porteros y cantores, los sirvientes del templo, y todos los que se habían apartado de los pueblos de las tierras a la ley de Dios, con sus mujeres, sus hijos e hijas, todo el que tenía comprensión y discernimiento,
“se reunieron con sus hermanos y sus principales, para protestar y jurar que andarían en la ley de Dios, que fue dada por Moisés siervo de Dios, y que guardarían y cumplirían todos los mandamientos, decretos y estatutos de Jehová nuestro Señor.”

La decisión de seguir y servir a Dios de corazón traería muchos cambios en la ciudad. Un cambio de corazón debía resultar en una reforma de la vida que vivían.

Había corrupción en el pueblo,

Nehemías 13:4 cuenta que el sacerdote “Eliasib, siendo jefe de la cámara de la casa de nuestro Dios, había emparentado con Tobías”.
Y este había provisto una habitación para Tobías en el templo. Recuerda, este era el hombre que vez tras vez se se había interpuesto para estropear los planes de los hebreos en la reconstrucción de la ciudad. Tobías era un enemigo de Dios, sin embargo era un familiar del sacerdote.

Nehemías tuvo que actuar en la situación para limpiar el templo de Dios.Dice así en los versículos 7 y 8: Y me dolió en gran manera; y arrojé todos los muebles de la casa de Tobías fuera de la cámara, y dije que limpiasen las cámaras, e hice volver allí los utensilios de la casa de Dios, las ofrendas y el incienso.”

Este mismo Eliasib, sacerdote del pueblo había emparentado con Sambalat, el otro individuo que conspiraba contra Nehemías y sus hombres para que no edificaran. El hijo de Eliasib se había casado con la hija de Sambalat horonita, extranjeros en la tierra. Cuando Dios denunció los matrimonios con los extranjeros que moraban en la tierra era con el propósito de mantener la pureza del pueblo. En ningún momento se trata de racismo o xenofobia, ya que vemos en otros textos que los extranjeros que aceptaban a Dios eran bienvenidos al pueblo. Mas bien se trataba de no comprometer la fidelidad a Dios por mezclarse con otros que no creían en Dios. Nehemías incluso contó cómo el corazón del mismo rey Salomón fue tras dioses ajenos a causa de su matrimonio con mujeres que no conocían a Dios (13:26):


Nehemías tuvo que hacer reformas en la forma en que el pueblo estaba organizado. Habían dado dinero prestado a los más pobres, y les obligaban a pagar intereses, de modo que estos que habían tomado prestado se sentían esclavos a causa de las deudas. Nehemías amonestó a los que habían permitido esta situación y los instó a no oprimir a aquellos que tenían necesidad.

Había también algunos que trabajaban y hacían negocio en el día de reposo. Tras ser amonestados, el pueblo pactó guardar el día de reposo para el Señor y respetar las leyes y los tiempos de Dios para su pueblo.

Y vemos que el libro de Nehemías acaba con el pueblo de Dios de vuelta a su tierra, y habiendo pactado una vez más seguir a Dios y obedecerle.

Para concluir la reflexión sobre estos dos libros, quisiera enfatizar la importancia de mantener nuestras prioridades con nuestro enfoque puesto en Dios. El pueblo volvió a su tierra, tuvo la oportunidad de comenzar de nuevo, y vemos lo fácil que es desviarse tras las distracciones de la vida. Hemos visto que es fácil desanimarse por la oposición y dejar a Dios a un lado. Y también hemos visto que cuando hay arrepentimiento genuino, debe seguir una reforma de nuestra vida. Si seguimos a Dios, se notará en nuestros hábitos de vida. Quisiera que me vida fuera un reflejo de lo que mi corazón anhela. Que mi andar diario muestre a aquel que reina sobre mi corazón.
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Informazioni
Autore David y Maribel
Organizzazione David y Maribel
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